Economistas advierten que la rentabilidad agrícola se encuentra muy golpeada por la baja de precios internacionales y la suba de costos internos y que la producción de granos en el ciclo agrícola 2015-2016 que ya empezó con la siembra de granos finos no será buena en términos económicos.

«Se ubica en niveles que no compiten, en muchos casos, con inversiones financieras de mucho menor riesgo», de acuerdo con simulaciones realizadas por los especialistas de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, Nicolás Torre, Valentina Rossetti y Francisco Bullano.

De acuerdo con sus análisis, la rentabilidad esperada (ROA) de una unidad productiva que opera campo alquilado en Zona Núcleo (sudeste de Córdoba a 170 Km Puerto Rosario) se ubica en el 21,5% anual medida en pesos corrientes para el ciclo 2015-2016 (sistema de producción que incluye trigo, maíz y soja).

Por su parte el ROA de una unidad productiva que opera campo alquilado en Zona Norte de Córdoba (Jesús María a 450 km de Puerto Rosario) se ubica en el 7,9% anual.

La investigación arroja que «las rentabilidades estimadas se encuentran cercanas o por debajo de las tasas que podrían obtenerse, por caso, asignando los fondos a un plazo fijo bancario (Plazo Fijo 30-44 días 23%, BADLAR 21%, TNA) o adquiriendo un título del Banco Central (Letras del Banco Central, LEBAC 12
meses, 29% anual)».

De este modo sobresalen como opción para los productores, las inversiones de mucho menos riesgo que el asociado a la actividad de producir granos.

También «se ubican por debajo de la tasa de inflación esperada, considerando que el nivel general de precios probablemente suba en un escenario relativamente optimista un 24% a 26% en los próximos doce meses».

«La situación se complica más aún en aquellos casos donde se venía utilizando capital de terceros (deuda) para financiar la campaña, dado que el costo financiero de mercado se encuentra por encima de la rentabilidad de producir granos», dijeron.

Analizaron que «el próximo gobierno podría descomprimir la situación haciendo algunos cambios de política largamente reclamados, caso de la baja de retenciones y la liberación de los mercados de los cereales».

«Pero como no está claro que esto último vaya a ocurrir es de esperar que toda la presión se canalice hacia los propietarios de tierra, quiénes deberán realizar un fuerte ajuste en los alquileres o un cambio radical en la forma de determinarlos», manifestaron.

Por ejemplo «compartiendo plenamente los riesgos productivos con los productores, en caso que deseen mantener sus campos en producción de terceros», sostuvieron.