La colección de ropa temporada invierno 2024 está en liquidación antes de llegar a las vidrieras, preocupa la caída del 40% en la producción de la industria textil argentina. La mega devaluación de Javier Milei y Luis Caputo, sumada al derrumbe del consumo que el plan de ajuste provocó, hicieron que el empresariado mayorista  sólo pueda venderle a los comercios la mitad de las prendas que compraron en octubre; mientras que quienes fabrican, reclaman el doble del precio acordado.

“Los mayoristas están entregando la temporada de invierno y los comerciantes quieren rebajar el volumen de los pedidos en un 40% respecto de lo que acordaron en octubre 2023”, explicó Luciano Galfione, presidente Pro Tejer, la gremial empresaria que reúne al sector.

Así “los fabricantes arreglaron el precio con el dólar a $370 y confeccionaron las prendas en enero con un dólar de $870”, agregó Galfione

Es un síntoma de la “tormenta perfecta” que azota a la industria textil nacional. La demanda se desplomó a la mitad de la que había en 2023 porque no hay plata; la producción ya cayó un 40%; y las empresas del sector comenzaron a despedir personal o a establecer modalidades de trabajo que erosionan los salarios, como producir alternadamente cada 15 días.

“La situación es muy grave. La caída es enorme y sorprende por la velocidad con la que se produjo. Tenemos una baja de producción del 40% interanual en marzo y con ventas un 50% para abajo”, graficó Marco Meloni, vicepresidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), entidad que nuclea a empresas que cubren toda la cadena textil, excepto la confección.

“Achicaron el mercado interno, nos hicieron caros en dólares y ahora viene el producto importado en contra temporada a precio de dumping. No existe ningún país de más de 40 millones de habitantes en el mundo, que no cuide o propulse su industria”, afirmó Meloni.

Por otra parte un informe del centro Fundar reveló que el sector de la industria textil-indumentaria genera casi 540.000 puestos de trabajo y de ese total, el 46% es informal. Es de los tres que más mano de obra genera, detrás de industria alimenticia y la metalurgia.

Según informaron desde los gremios del sector, la Asociación Obreros Textiles (AOT) y el Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA) ya se están produciendo despidos en plantas ubicadas en las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Buenos Aires, San Luis, La Pampa y La Rioja.

La empresa brasileña Coteminas, en Santiago del Estero, despidió a más de 100 trabajadores con la llegada del nuevo gobierno. Topper echó 85 personas en su planta en Aguilares, Tucumán.

En la ciudad bonaerense de Las Flores, la firma Coopershoes paralizó la planta y despidió a 20 trabajadores. También la cooperativa textil Socram está con problemas.

Liberar importaciones

Consultado sobre la decisión de Caputo de abrir las importaciones para los sectores que no bajan los precios, Galfione opinó: “Es un error, es no conocer el sector. Lo que comience a importar ahora se va a consumir en verano o invierno de 2025; se notaría en la inflación recién en nueve meses hacia adelante”.

El dirigente gremial empresario resaltó dos cuestiones. “En primer lugar, desde 2023 la importación textil está abierta y este Gobierno eliminó todos los mecanismos de control de los productos importados y, además, podés traer ‘gratis’ una prenda importada y se va a encarecer cuando ingrese a la cadena de comercialización, con la presión impositiva”, puntualizó.

“El valor del producto no determina su precio en el comercio. Argentina debería importar la financiación a la industria que tienen otros países, las tasas de interés del mundo, el nivel del IVA de Miami o los Ingresos Brutos de Estados Unidos, que no existe. Todo eso es lo que impacta en el precio final de la ropa”, dijo Galfione y agregó: “Milei está invirtiendo el orden de las reformas que prometió, primero era la macro, luego la impositiva y por último la apertura al mundo; y no está haciendo eso”.