El gobierno dio cumplimiento a las dichos del ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, de importar carne para evitar los abusos que a su entender se estaban dando en la cadena de comercialización de alimentos. Y decidió la apertura del ingreso de ganado en pies desde Uruguay, a la vez que procederá a sancionar a los supermercados con multas que sumaran 8 millones de pesos.

El objeto buscado por la cartera de Agroindustria, era expandir la oferta de carne, para ello se elaboró un registro de compra de vacas con el vecino país. La falta del producto en góndolas, el rotulado y el precio, aceleró los plazos para concretar las operaciones.

Todo comenzó a mediados de enero, cuando el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa) de Argentina y la Dirección General de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, iniciaron un trabajo común para favorecer el intercambio de información para acordar el protocolo sanitario que posibilite la importación de ganado bovino en pie desde Uruguay; tanto en animales para genética como para engorde y terminación en el destino.

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El Senasa  realizó un primer planteo manifestando algunos aspectos que considera deben tenerse en cuenta en la negociación y Uruguay le contestó el documento – mientras tanto – los operadores uruguayos recibían consultas de importadores argentinos interesados en la compra de ganado una vez que se rubricara el protocolo sanitario.

Los uruguayos intentaron dar garantías a la demanda Argentina y dieron cuenta que tienen incluido en sus protocolos una cláusula estableciendo que los bovinos que salen en pie a mercados tan exigentes como China, Turquía, Emiratos Árabes y muchos otros, son los ofrecidos a la Argentina.

El dato más sugerente surgió de un funcionario uruguayo al que le manifestaron que hoy la ganadería argentina está con una camada de terneros muy alta y probablemente se acerque a 13.900.000 destetes a marzo o abril de 2016. Es decir, que la versión de los productores, que es de uso local, no se condice con lo que cuentan en el exterior, habían dicho que la ganadería argentina tiene hoy en el campo para destetar unos 700.000 terneros más que el año pasado, lo que obliga a preguntarse porque no hay carne en los supermercados.