El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá, rechazó la afirmación del vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, cuando consideró que “la cancelación de la deuda es ilegal según los tratados” y que “no tiene ningún sentido económico o financiero”.

La  controversia se originó después de que un centenar de economistas europeos, encabezados por el francés Thomas Piketty, publicaran un manifiesto en el que reclamaban que el BCE condone las deudas de los países que comprende la organización continental.

Así, el funcionario español publicó en Twitter: “Eso me suscita la palabra hipocresía al recordar que el 30% de la deuda pública del euro está en sus bancos centrales”.

Además, el antiguo miembro del Consejo de Gobierno del BCE, José Manuel González-Páramo, sostuvo hace unos días en el diario El País que esta medida sería “legalmente imposible, políticamente disruptiva y muy dudosa en sus efectos”.

Asimismo, el ex funcionario consideró que era “técnicamente posible” y que la Unión Europea “consiguió generar confianza para emitir deuda solidaria”, pero que si la medida se efectivizaba “haría saltar esa confianza por los aires”.

En su momento, la titular del eurobanco, Christine Lagarde, afirmó que no estaba “en su hoja de ruta” la posibilidad de cancelar las deudas como así también lo hizo el economista jefe del organismo, Philip Lane, cuando consideró que tal acción “no sería una buena idea en general”.

En tanto, otros economistas tienen posturas más flexibles como el profesor de la London School of Economics, Paul de Grauwe, quien no pone el acento en la condonación o no de la deuda, y que los que acabarían pagándola son “los inversores que fueron lo suficientemente estúpidos como para comprar deuda a 10 años con intereses cero o negativos”.