El ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró esta mañana que «es un disparate inexplicable» y una «soberana estupidez» el argumento económico de la denuncia que el fiscal Alberto Nisman hizo contra la presidenta Cristina Kirchner por el presunto encubrimiento del atentado a la Amia.

Dijo que como no es abogado no puede calificar a la denuncia en los términos del derecho, por lo que sólo optó por referirse a los términos económicos de la denuncia redactada por el ahora fallecido fiscal especial de la causa Amia y que dio lugar a la reciente imputación de la jefa de Estado, a manos del fiscal Gerardo Pollicita.

Kicillof respaldó su análisis económico porque el comercio con Irán habría sido -según Nisman- la presunta motivación que llevó a la Presienta a intentar encubrir a los iraníes acusados de volar la sede de la mutual judía en julio de 1994.

«Yo me interesé bastante y me puse a ver cuál era el argumento de esa denuncia extensa. El argumento es un disparate económico. Es algo absolutamente inexplicable, indefendible y no tiene ningún asidero«, afirmó Kicillof en declaraciones a Radio Nacional Rock.

La denuncia dice que la Argentina estaba atravesando una crisis energética por lo que el interés estaba en intercambiar granos (soja y trigo) por petróleo iraní, lo que fue considerado por Kicillof como «una mentira».

«Eso es absolutamente ridículo porque, primero, no hay una crisis energética en la Argentina: la provisión de energía creció en los últimos diez años más que en los veinte anteriores, debido al crecimiento económico», dijo.

Y agregó: «Lo único que hay es que desde 2011 hubo una balanza energética negativa porque importamos más de lo que exportamos. Pero esto no es una crisis energética ni mucho menos. Hay un montón de países en el mundo que importan parte de su energía».

Por otro lado, el ministro señaló que nunca se le compró petróleo a Irán y que tampoco se puede avanzar en ese sentido porque el crudo iraní es muy rico en azufre, lo que no es compatible con las necesidades de la Argentina.

Indicó que el país importa «muy poco» petróleo sin destilar: del total del crudo consumido en la Argentina durante todo 2014, sólo poco más del 1 por ciento fue comprado en el exterior.

Resaltó que el Estado no es el dueño ni el encargado de exportar los granos sino un sector privado «muy concentrado» en manos de siete empresas como Cargil, Nidera, Noble, Bunge & Born, entre otras.

«Entonces, la denuncia dice que el motivo del supuesto encubrimiento era cambiar algo que no tenemos por algo que no necesitamos, es inexplicable. Esto no es un móvil porque es  imposible esa operación económica», afirmó.