El Gobierno analiza la posibilidad de realizar cambios en el funcionamiento de la Aduana para imprimir en el organismo «un concepto bastante más moderno que el actual» que trabaje con «controles de perfiles de riesgo» de los importadores.

Tras la separación y posterior reincorporación del jefe de la Dirección General de Aduanas, Juan José Gómez Centurión, y en medio de las detenciones por la denominada «mafia de los contenedores», el Ejecutivo apunta a que el funcionamiento del organismo sea en base a «un concepto bastante más moderno que con el que trabaja ahora».

«En vez del control físico, queremos que haya controles de perfil de riesgo, que actualmente están mal diseñados. Por ejemplo, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se controlaba el 100 por ciento de las valijas que ingresaban. Cuando se controla todo, no se controla nada», señaló un alto funcionario del área.

En ese sentido, el consultado indicó que lo que se apunta es «mejorar los perfiles de riesgo, es decir que cuando viene un vuelo de Miami hay que estar atento al bagalleo; si viene uno de Bolivia, a la coca».

Para delinear esa nueva metodología, en lo que respecta a los grandes ingresos de bienes y productos, se tendrá en cuenta cuáles son los operadores de comercio exterior, su antigüedad, entre otros detalles.

Con ese objetivo de «modernizar» a la Aduana, el Gobierno apunta a que haya «una normativa más sencilla de aplicar»: «Si hay dificultad para declarar las cosas, hay dificultad para controlar y eso genera corrupción».

Al respecto, se estudia la posibilidad de que haya una «ventanilla única» a la hora de realizar trámites y allí estarían incluidas la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Ministerio de Producción y la Secretaría de Comercio.

Acerca de los tiempos que llevarían estos cambios, el alto funcionario del área remarcó que «son seis meses más de diseño y un año, un año y medio más para tener la organización lista».

«Lo más difícil de cambiar es la cultura. Así que ahí vamos a tener que hacer un trabajo fuerte para explicar las ventajas y el funcionamiento de ese nuevo sistema», aseveró.

«La Aduana viene de ser una Aduana de control de exportaciones, cuando en realidad tiene que controlarse lo que entra. Era el modelo patológico que había hasta ahora, que se basaba en el control físico, algo que no se hace en el mundo», agregó.

Asimismo, el funcionario subrayó que «el contrabando es no sólo un delito fiscal, sino que también castiga severamente a la mano de obra y a la inversión», al tiempo que resaltó que «el contrabando es la pista por la que transita el narcotráfico».

«Arriba del contrabando se monta a caballo el delivery de droga. Cuando se abre un país al contrabando se deja de tener certeza sobre lo que viene», añadieron las fuentes consultadas.