El Gobierno argentino destacó hoy el «amplio y ambicioso» acuerdo comercial alcanzado entre el Mercosur y la Unión Europea. El Mercosur logró concluir las negociaciones para la firma de un Acuerdo de Asociación Estratégica con la Unión Europea, el «más amplio y ambicioso» alcanzado por ambos bloques en toda su historia», dijeron a la agencia NA fuentes oficiales.

Así, concluye un proceso negociador que se extendió durante más de 20 años y que cobró un renovado impulso desde 2016.

El acuerdo fue cerrado por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie, y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, junto con sus pares del Mercosur y sus contrapartes de la Unión Europea.

El texto consensuado por ambas partes «asegura los principales objetivos trazados por los países del Mercosur ya que mejora las condiciones de acceso en bienes y servicios a un mercado de 500 millones de habitantes con un PBI per cápita promedio de USD 34.000», señaló el gobierno argentino.

«Se trata de un hito para la inserción internacional de la Argentina en tanto promueve la llegada de inversiones, genera un incremento del producto bruto nacional en el mediano plazo, aumenta las exportaciones de las economías regionales y la generación de empleo de calidad, consolida la participación de nuestras empresas en cadenas globales de valor, acelera el proceso de transferencia tecnológica y aumenta la competitividad», indicó.

Además, consideró que «constituye un sello institucional que da carácter permanente a la relación estratégica con la UE, garantizando transparencia, previsibilidad y reglas claras para los actores económicos».

En las negociaciones también participó el secretario de gobierno de Agroindustria, Luis Etchevehere; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser; y la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher.

El texto consensuado asegura los principales objetivos trazados por los países del Mercosur ya que «mejora las condiciones de acceso en bienes y servicios a un mercado de 500 millones de habitantes con un PBI per cápita promedio de USD 34.000», consignó el gobierno argentino.

A contracorriente de la ola proteccionista

El acuerdo comercial entre la UE y Mercosur cerrado hoy tras más de veinte años de negociaciones y anunciado en plena cumbre del G20, llega a contracorriente de la ola proteccionista fomentada por Donald Trump desde hace dos años.

«El mensaje que se está dando es que en un momento de turbulencias a nivel multilateral, en un momento de tensiones geopolíticas, hay gente que apuesta por más cooperación y más apertura comercial», dijo a la AFP Arancha González, directora del Centro de Comercio Internacional (CCI), una agencia conjunta de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la ONU, con sede en Ginebra.

En un momento de declive de los intercambios comerciales, «se trata de una señal fuerte, anunciar un acuerdo como este durante una cumbre del G20 en la que Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, deben reunirse el sábado, en plena guerra comercial», explicó a la AFP una fuente europea.

Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente estadounidense criticó el multilateralismo y puso en entredicho los tratados comerciales, al tiempo que impuso aranceles a las importaciones chinas, pero también a las de acero y de aluminio.

El presidente estadounidense renegoció con Canadá y México el acuerdo comercial norteamericano y se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), cerrado por su antecesor Barack Obama con 11 países de Asia y de América.

Con un G20 que no logra condenar el proteccionismo en sus declaraciones desde que Trump se lo impide, y una Organización Mundial del Comercio (OMC) que podría verse paralizada a finales de año, el anuncio del acuerdo con Mercosur durante el G20 adquiere un matiz simbólico.

«No hay que olvidar que en el G20 hay un montón de países que han firmado el acuerdo del TTP sin Estados Unidos, entre ellos el Japón el anfitrión de la cumbre», recordó González. Canadá, que alcanzó el CETA con la UE, también está presente, recordó.

 Favorable a Macri y Bolsonaro

Para Ward McCarthy, economista jefe del banco de inversiones estadounidense Jefferies, lo principal es que las tensiones comerciales se rebajen lo más rápido posible para que no lastren el crecimiento.

«Todo el mundo se beneficia del libre comercio, pero en una guerra comercial no hay ganador», explicó durante un encuentro reciente con la prensa en París, cuando destacó que las tensiones comerciales solo se podrían justificar si «sirven para alcanzar un objetivo».

«Si atravesando este periodo, bastante desagradable, se obtiene un entorno más favorable al libre comercio, entonces se puede decir que valió la pena», destacó. «Pero cuanto más tiempo pasa, más malo es y no solo para China y Estados Unidos, sino también para la economía mundial».

El economista aludió a la guerra comercial entre Pekín y Washington y a las negociaciones entre Trump y Xi, que este sábado se reúnen en Osaka para intentar atajar la escalada comercial y tecnológica abierta entre sus países.

En Europa, la Comisión Europea obtuvo el mandato para llevar a cabo negociaciones comerciales con Washington, pero dejando al margen la agricultura, tras la decisión de Trump de otorgar un nuevo plazo antes de sancionar las importaciones de vehículos.

El acuerdo también llega en un momento oportuno para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su homólogo argentino, Mauricio Macri, pues el primero acaba de llegar al poder (en enero) y el segundo se prepara para unas elecciones presidenciales, en octubre.

«Para Macri, este acuerdo podría ser la ocasión de mostrar el apoyo internacional a sus reformas», explicó la fuente europea, convencida de que Bolsonaro también necesita ese tratado, después de una reunión con Trump en la Casa Blanca «que no terminó demasiado bien».

Desde el punto de vista de Mercosur, «ha llegado el momento de cerrar una alianza estratégica con la UE, que ha tardado en perfilarse […] y que busca una mayor liberalización para hacer sus economías más competitivas».

Según la OCDE, los dos principales motores económicos de Mercosur, Brasil y Argentina, figuran entre los países «menos abiertos» en la escala mundial, paradójicamente, junto a Estados Unidos.