El Gobierno decidió suspender la construcción del Arsat-III, en 2016, según lo confirmó el presidente de la empresa, Rodrigo De Loredo, quien además había señalado que el proyecto no sería retomado hasta que no sean vendidos los servicios del Arsat-II.

Loredo, quien es yerno de Oscar Aguad, dijo que en ese momento que  «Arsat necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos», explicó.

Así las cosas, desde el Gobierno decidieron alquilarle a la empresa europea SES el satélite Astra-1H para evitar que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) le quite los derechos de uso de la posición orbital 81º Oeste en banda Ka, que permite brindar servicios de internet de banda ancha.

En esa banda debía operar a partir de este año el satélite Arsat-3, pero, como su construcción se suspendió a comienzos de 2016, se decidió alquilar un viejo satélite, que ya superó su vida útil, con el único objetivo de notificarle a la UIT que la banda está ocupada y así evitar su pérdida. La determinación costará al Estado 7 millones de euros, que se pagarán en cuotas a lo largo de este año.