En la historia de la humanidad, la necesidad de practicar el credo y la religión mediante el acto de rezar, ha sido fundamental en su formación espiritual y en la comunicación providencial, principalmente, en las situaciones extremas y de supervivencia, donde la fe cobra un valor de relevancia.

Las creencias cristianas no son ajenas a esta cuestión. Por lo que, en Argentina, desde el año 1986 rige un decreto estatal, el cual garantiza el derecho de los fieles a rezar.

En esta época de pandemia, la contención espiritual ha sido garantizada, por lo cual las iglesias se mantuvieron abiertas para aquellas personas que necesitaron alimentar su fe y sentirse cuidados y protegidos a través de sus actos de fe.

Conclusión entrevistó al padre Juan José Estrade, de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes quien, al consultarle sobre la decisión del Estado Nacional de cerrar las iglesias durante la cuarentena, expresó que «en ningún momento debió pasar», porque «es un derecho que tiene el fiel». «Siempre guardando las cuestiones sanitarias, por supuesto, porque hay un acuerdo entre la Santa Sede y el Estado argentino desde el año ´86, donde se compromete a que se respete el culto católico apostólico romano, cosa que al presidente le pareció que la ley estaba anterior al decreto», expresó.

El cura explicó: «La iglesia del arzobispado nuestro pidió el decreto de las iglesias permanezcan abiertas para rezar. Hay que respetar las leyes sin dudas, y esto es un derecho de los fieles, sean católicos o no. Hay que ser responsable. No sé si hay que pedirle permiso al señor presidente, o es una cuestión de conciencia de cada uno».

Sobre lo que piensa en cuanto a las condiciones que tuvieron que enfrentar las personas en esta etapa de cuarentena, el religioso dijo que «hay gente que está sufriendo mucho, también por no poder movilizarse. Hay que cuidarse en todo sentido, sobre todo la vida, en todo sentido, la cuestión física, espiritual y también la vida material de las personas. Gente que está en la calle, sin trabajo».

Solicitada una opinión respecto a los resultados de esta situación de pandemia y cuarentena a futuro, el párroco dijo que «las consecuencias de esta pandemia, con estas resoluciones, va a ser catastrófico para los países. Ya se lo ve, mucha gente sin trabajo, queriendo trabajar. Habría que medir bien las cosas y cuidar la salud».

Y aseveró que «en ese sentido, me da risa que recomienden usar el barbijo y jamás vimos al presidente ni al ministro de salud con el tapaboca. Entonces, me cuestiono donde estamos. Se educa con el ejemplo«.

La parroquia Nuestra Señora de Lourdes asiste a 120 personas diariamente con alimentos. Con respecto a esta cuestión, Estrade puntualizó: «Todos los mediodías estamos dando 120 viandas de comida a la gente de la calle y mucha gente que cobra la mínima y no tienen ningún tipo de subsidio, entonces también vienen a comer acá. O comen o pagan el alquiler«.

El confinamiento social y obligatorio debido a la emergencia sanitaria por el Covid-19, ha elevado la capacidad de reflexión de las personas y dejó expuesta la humanidad en su conjunto. El cura de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, analizó que «los rosarinos están muy fortalecidos» ya que «la situación ha hecho bien parece, ha hecho repensar muchas cosas y se ha descubierto el tema solidario, lo compresivo, cuidar a los otros, a los ancianos, uno ve como los hijos se preocupan por los padres. Nos damos cuenta que el sentido de familia se ha engrandecido«.

«El sentido de solidaridad cobra otro significado y, también, el sentido de vivir familia. A pesar de todo, los chicos están más cerca de los padres y los padres se dan cuenta lo importante de estar con los hijos», añadió Estrade.

Y concluyó haciendo hincapié en la igualdad de oportunidades económicas dentro de la sociedad, al especificar: «Creo que tenemos que pensar por el bien común de todos. Saber despojarnos de todo, saber dejar algo, como dice la Madre Teresa de Calcuta, darnos todo, entre todos. De arriba para abajo y abajo para arriba. Los que cobran mucho dinero que renuncien a una parte y colaboren para la emergencia del país, y no solo en beneficio de fulano y mengano. Todo el mundo tiene que ser solidario y saber renunciar a cosas por el bien de otro«.