Por Alejandro Maidana

A la sombra de una curtiembre, transcurre sus días un sencillo pueblo de La Rioja.  La contaminación ocasionada por el cromo, sulfuros y otros químicos que se utilizan para el curtido de los cueros, ha consolidado un verdadero calvario para todos aquellos que habitan Nonogasta.

La familia Yoma fue dueña de la curtiembre desde el año 1987, hasta que en el año 2005 entró en quiebra. Tres años después la adquirió la empresa brasileña Bom Retiro (CBR), esta localidad del departamento de Chilecito, jamás aprendió a convivir con la imperiosa necesidad de contar con un trabajo que obliga a hipotecar la salud y por ende la vida.

La curtiembre CBR arroja en Nonogasta sin tratamiento alguno, 90.000.000 de litros de efluentes tóxicos al mes. Sí, 90.000.000 de litros de efluentes tóxicos al mes,  y esto desde hace mas de 30 años a la vista de todo el mundo, contaminando, envenenando, enfermando, y matando de a poco a todo un pueblo. Cabe destacar que esto sucede mientras los funcionarios riojanos siguen mirando para otro lado.

Para poder tomar real dimensión de lo que sucede en este pueblo de poco más de 7.000 habitantes, deberíamos multiplicar por 90 el derrame de cianuro que se dio en Jáchal tiempo atrás debido a la impúdica acción de la Barrick Gold.

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Cabe destacar que mientras el mundo debate sobre la importancia de ponerle freno al cambio climático, distintos pueblos de la Latinoamérica arrasada, siguen padeciendo la desidia de un sistema que los aborrece. Los descartables, los empujados a transitar por los márgenes de la historia, gritos de dolor que se funden en una inhumana soledad que muestra la peor cara de una especie que se aniquila a sí misma.

Los efluentes de la curtiembre de Nonogasta, jamás fueron tratados, este tubo de ensayo a cielo abierto no solo representa una notable violación al derecho ambiental, también un deleznable atropello a los derechos humanos básicos. La doctora Patricia Rippa vive en La Rioja, sus visitas a esta tierra arrasada por la deshumanización la han marcado muy fuerte. “El impacto sanitario que sufre la población de Nonogasta, puede percibirse a simple vista, el mismo también afecta a los animales y vegetales”, le dijo a Conclusión.

Un problema que acumula décadas sin respuestas, “jamás el Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la provincia se ha hecho cargo, nunca existió la evaluación y la difusión de la situación sanitaria real del lugar. En lo particular como delegada sanitaria federal no cuento con las herramientas necesarias para evaluar. Esto se debe a que el Ministerio de Salud de la Nación delega a las provincias, y son éstas las que administran el presupuesto emitido en esta caso en el área salud”, sostuvo Rippa.

“Desde mi lugar pude elevar una nota al Ministerio de Salud de la Nación solicitando que me otorguen la posibilidad de investigar lo que viene sucediendo en Nonogasta. En su momento me respondieron que a través de su autorización haga los pedidos pertinentes al municipio de Chilecito, al Ministerio de Medio Ambiente y salud de la provincia. Es preciso destacar que nunca pude obtener una respuesta hasta el día de hoy”,  indicó.

Cuando visitar a un pueblo tomado por la contaminación resulta una verdadera odisea, “estuvimos en varias oportunidades recorriendo los piletones de la curtiembre, algo que devino en una persecución policial, ya que la confrontación con las autoridades de la misma fue muy álgida. Visitando a los vecinos pude observar con mis propios ojos las malformaciones y patologías que padece la gente del lugar”.

Recién nacidos con dos cabezas, sin manos, anos imperforados, tumores contraídos en el vientre materno, son solo algunas de las terribles patologías que deben enfrentar aquellos niños que tienen la desgracia de nacer en Nonogasta. “También distintos tipos de cáncer afectan los días de las personas adultas, el índice de leucemia es 7 veces mayor al promedio habitual. Sumado a esto, las malformaciones en animales le dan forma a un ecocidio de enorme magnitudes”.

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Muchos han sido los facultativos médicos que debieron abandonar el lugar o sus funciones por distintas presiones. Si bien en lo particular la doctora Patricia Rippa no cuenta números oficiales en torno a los relevamientos, son los vecinos los que cuentan con los mismos. “Son ellos los que nos han acercado cifras verdaderamente alarmantes, por ejemplo hay familias de 7 integrantes que todos padecen cáncer. De hecho una de las personas que realizó el relevamiento se encuentra en esta momento padeciendo esa tremenda enfermedad y con síntomas muy avanzados”, enfatizó.

Curtume CBR S.A, una fuente laboral convertida en un enemigo casi imposible de prescindir en Nonogasta. “Los habitantes del lugar conviven con una contradicción tremenda, el apego al pueblo, por lo cual no se va a ir por ninguna razón, más allá de padecer las dermatitis, artritis y todo el conjunto de patologías mencionadas con anterioridad producto de una contaminación ambiental de este tipo”.

En este pequeño poblado riojano, no existe la independencia laboral, es el Estado y la curtiembre quienes solo brindan la posibilidad de perseguir un salario. “Los distintos gobiernos que han transitado en todo este tiempo, no han permitido que la población pueda tener otra vía de ingresos, es por ello que los trabajadores de Curtume CBR S.A deben optar entre no enfermarse, o perder el sustento de su familia, algo por demás de perverso”.

“Es un camino muy pedregoso, este tipo de lugares feudales tienen particularidades muy complejas, quién se anima a denunciar y a enfrentar este atropello ambiental y por ende humano, queda excluido, lo hacen a un costado”, concluyó Rippa.

El Dr. Javier Felipe Martin del Laboratorio de Toxicología y Química Legal del «Cuerpo Médico Forense de la Suprema Corte de Justicia de la Nación», analizó muestras llevadas de las lagunas de la curtiembre y concluyó: “Los valores resultantes en las muestras de <cromo fenoles e hidrocarburos> se encuentran por encima de los límites permitidos por ley y están encuadrados en Residuos Peligrosos».

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Según el Informe de Prefectura Naval el <CROMO TOTAL> es considerado por Normativas Internacionales y locales como cancerígenos y teratogénico (malformación).

Este informe deja en claro que la exposición sería por inhalación (respiración).Los vientos recogen de los suelos contaminados de Nonogasta partículas de metales pesados que son transportadas por aire, exponiendo a la población a la inhalación de cromo y otros químicos, ya que se encuentran al aire libre. Detalla el Informe.

“El enterramiento es una formulación con agentes químicos que resultan de la unión de otros de riesgo alto conocido”, indicó.

En Colombia varias curtiembres fueron clausuradas por las enfermedades que causaron, como también en Santa Fe, Córdoba y Jáuregui Bs As.

En un colegio de Colombia donde aparecieron muchos casos de leucemia en los niños, se descubrió que era porque el edificio se había construido sobre los que años atrás había sido un depósito de residuos de una curtiembre, tapados en el suelo después de su cierre.

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La realidad de Nonogasta es abrumadora, esta pequeña localidad riojana tiene un índice 25 veces mayor de cáncer que Chilecito, una ciudad con muchos más habitantes. El cromo es considerado como “cancerígeno”. En los más de mil estudios revisados por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), hay pruebas suficientes de que produce tumores en los animales de laboratorio.

Muchos profesionales de la salud y el derecho no tienen pensado bajar los brazos, al igual que la estoica “Asamblea El Retamo” que tiene voces valientes como la de Yoly Catalano, que le dijo a Conclusión “somos vecinos que quieren dejar su pedacito en el mundo mucho mejor de lo que lo encontraron, luchamos por justicia paro todo un pueblo. Por salud, trabajo digno y sin contaminación”.

“Sabemos que la lucha es larga, desigual, pero nuestra Pachamama nos protege, nos acompaña en cada marcha, en cada corte, en cada desfile, porque luchamos por ella, por sus hijos. Este Valle tan amado, tan desprotegido, seguirá cuidado por nosotros y por gente que vendrá, porque solo el pueblo puede protegerlo”, enfatizó.

La maraña de complicidades es tan escabrosa como irritable, quedará en la conciencia de cada uno de los funcionarios públicos su nefasta contribución para que Nonogasta siga siendo la tierra en donde la muerte siga regocijándose.