El ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación, Jorge Faurie, negó hoy que haya un golpe de estado en Bolivia ya que «no están los elementos para describir» así a la situación del país vecino. Al mismo tiempo, justificó la interrupción del mandato democrático de Evo Morales Ayma y aseguró que no han recibido ningún pedido de asilo por parte del gobernante boliviano.

Para el titular de la Cancillería argentina, a pesar de que las Fuerzas Armadas le han pedido la renuncia a Morales, estas no han intervenido en la vida política de Bolivia. «Como conocen, las FFAA no han asumido el poder. Están simplemente haciendo algunas medidas de dialogo con distintas fuerzas políticas y esto va a conducir a que pueda estar la Asamblea Legislativa para que elija quien va a presidir el gobierno de transición por el periodo de 90 días (plazo en el que se darían unas nuevas elecciones)», aseveró Faurie en dialogo con la prensa.

El canciller afirmó en conferencia de prensa que han «abogado para que los hechos que están ocurriendo se resuelvan con madurez y dialogo».

«Todavía la situación de Bolivia pasa por un impasse, donde la renuncia del presidente, el ex presidente, el presidente de la cámara de diputados y la presidenta del senado genera un vacío institucional, dado que este es el límite de la transferencia que establece la última constitución boliviana», opinó el encargado de las relaciones internacionales de Argentina.

Al mismo tiempo, el diplomático contó que los siguientes pasos que debería seguir la institucionalidad boliviana tienen como eje a la convocatoria a la asamblea legislativa que definirá quien gobernará de manera interina hasta un nuevo acto eleccionario que tendría lugar 90 días más tarde

Justificar lo injustificable

Para Faurie, Argentina tuvo una postura clara desde el primer momento: señalar que el panorama político se aclararía a partir de la realización de elecciones «y, particularmente, con la realización de la segunda vuelta», por lo tanto, se mantendrá ese rumbo. «Continuamos enfatizando el llamado a elecciones», apuntó. Claro está, estas deberían ser -y debieron-, desde la óptica del canciller, sin la participación de Evo Morales Ayma, quien sacó el mayor porcentaje de votos en la última elección.

En sintonía con esto, el responsable del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto responsabilizó a Morales por la actualidad del país boliviano: «Es importante que recordemos que hemos tenido todo un periodo que se inicia en el 2016 con el referéndum en el que la población se manifiesta en contra de un nuevo mandato del presidente Morales. Luego lo dio vuelta con una decisión de la Corte Suprema boliviana. Además, el propio hecho electoral, que fue valorado ya en el inicio por los observadores extranjeros como irregular y de fraude. Cosas que fueron comprobadas después con la auditoría».

Cabe destacar que, si bien Faurie reafirma que ha habido fraude, el comunicado de la Organización de Estados Americanos (OEA) -como bien señala el periodista Ariel Lijalad en la publicación que se adjunta- no aparece la palabra «fraude» ni una sola vez.

No ve golpe

«No están los elementos para describir esto como un Golpe de Estado», ratificó Faurie ante la consulta de sus entrevistador, y agregó: «Creemos que es muy importante el rol de las Fuerzas Armadas y de las fuerzas de seguridad, simplemente para garantizar la continuidad de la vida institucional de Bolivia y no asumir ni tener un rol más protagónico que el que les marcan las leyes de su país».

Por otra parte, el canciller descartó que hayan recibido alguna solicitud de asilo ante las amenazas explicitas a la vida de los gobernantes expulsados del poder por la presión civil y militar.

«Cuando alguien necesita resguardarse para obtener protección porque teme por su vida, nosotros inmediatamente lo recibimos y después se determina la condición en la que permanece con nosotros. Por eso me parece oportuno aclarar que no ha habido ningún pedido de asilo», concluyó.