El presidente Alberto Fernández repasó este domingo el caso de Vicentin y sostuvo que el Gobierno decidió dar marcha atrás con la intervención de la empresa tras «hacer números» y encontrar que el Estado debía «poner mucho dinero» para ordenar la situación, movimiento que «lo único que hacía era sacarle una problema a los accionistas».

«Yo lo intenté. Hubo una reacción corporativa muy fuerte del campo, pero en verdad no me frenó eso. Me frenó ver que teníamos que poner mucho dinero y que esos recursos eran para salvar a los accionistas», argumentó el mandatario nacional este domingo durante una entrevista con el programa Desiguales, de la Televisión Pública.

«Cuando me puse a hacer números me di cuenta de que era un negocio para los empresarios, no para el pueblo argentino. Después de poner mucho dinero, tenía que poner también mucho más para recuperar nombre y desarrollo», agregó Fernández.

El presidente expuso estos argumentos en un tramo de la entrevista dedicado a la concentración de las empresas productoras de alimentos y la influencia que podría haber tenido a Vicentin como una firma estatal.

En ese marco, Fernández recordó que inicialmente, en los primeros días de junio de 2020, cuando anunció la intervención, el objetivo era «que Vicentin se convierta en una empresa testigo y que preserve los puestos de trabajo, pero reaccionaron todos mal».

Igualmente, el rechazo ante la decisión -que lejos estuvo de ser generalizado- no fue la razón por la que definió volver sobre sus pasos. «Hice números. En verdad, lo único que hacía era sacarle un problema a los accionistas, que habían hecho un estrago en esa empresa. Esa fue la causa», aclaró.

¿EMPRESA ESTATAL DE ALIMENTOS?

Unos minutos antes, durante la misma entrevista, el mandatario fue consultado por la posibilidad de contar con una empresa estatal de alimentos. Sobre esto, dijo que es algo de lo que escuchó hablar mucho pero sin que haya un proyecto en debate. »

«Es una cosa de la que escuché hablar mucho, pero nadie me trajo una idea en concreto. No hay un proyecto», sostuvo, al tiempo que reiteró las críticas a la concentración reinante en el sector alimenticio.

«Tenemos la ley antimonopolios y la de defensa de la competencia. Hay instrumentos; hay que empezar a aplicarlos. Lo que necesitamos es que todos entiendan que estas no son políticas antiempresarias. Creo en las empresas. No tengo empacho en decir que creo que el capitalismo debe funcionar. Lo que no debe pasar es que el capitalismo se convierta en este capitalismo financiero», expuso.

«El capitalismo fue maravilloso cuando los empresarios invertían a riesgo, daban empleo y hacían crecer empresas. El día que lo financiero se apropió del capitalismo y el gerente financiero fue más importante que el gerente de producción, se empezó a morir», cerró.