La controversia de estos días, surgida de las condiciones en las que los legisladores nacionales decidirán o no acordar la propuesta del Gobierno con los fondos buitre, será definitoria en cuanto a la suerte que correrá la economía del pueblo argentino durante los próximos años.

Por estos días, los diputados nacionales están entre dar o no quórum por un lado, y entre aprobar o no la propuesta de pago que propone el gobierno de Mauricio Macri.

En este sentido, algunos legisladores de las diferentes bancadas dejaron su apreciación:

Diego Bossio (bloque Justicialista): “Resulta muy importante para la Argentina cerrar esta etapa del país. Nosotros le hemos pedido al Poder Ejecutivo, antes de que se presentara la ley, que nos diera las garantías legales para votar un acuerdo de esta naturaleza. Hemos tenido respuestas favorables del Ejecutivo, por lo que hemos decido brindar nuestro apoyo para alcanzar un arreglo con los holdouts. Esto arrancó en el 2005, siguió en 2010 y finalmente ha quedado este 7 por ciento de los acreedores fuera del sistema, muchos con litigiosidad, muchos con juicios ganados y sentencias, pero es un tema que hay que cerrar».

Verónica Mercado (Frente para Victoria): «No seremos cómplices de un gobierno que prioriza a los buitres por sobre el pueblo. Nosotros queremos cumplir y honrar las deudas, tal como lo vinimos haciendo durante esta última década, pero no lo haremos a cualquier costo, nuestra prioridad siempre fue defender los intereses de la Nación y de nuestro pueblo. ¿Cuál es la urgencia de tener que negociar a cualquier precio? ¿Tendrá que ver con la doble ganancia de los bancos? ¿Con comisiones que van desde los 400 millones dólares hasta los 1000 millones dólares adicionales? ¿Será que detrás de la promesa de ‘cambio’ lo único que se buscaba era el retorno al Fondo Monetario Internacional? No es casual que los cerebros del 2001 sean los mismos que están al frente de esta negociación, como Federico Sturzenegger, quién está procesado por las comisiones que se pagaron en el megacanje».

Daniel Lipovetzky (PRO): “Vamos a llegar al día martes con una sesión especial para tratar la ley con quorum suficiente y con los votos para aprobarla. Después discutiremos la letra chica en el tratamiento particular y haremos alguna corrección para aprobar todo el articulado. Las posibilidades legales de que se abra algún reclamo posterior son prácticamente nulas. Es una situación muy difícil”.

Néstor Pitrola (Partido Obrero): “La deuda externa es de 240 mil millones de dólares y eso desmiente que el país se haya desendeudado durante la última década. El acuerdo es colonial y le va a costar dolor y sangre a los argentinos. Se abre un nuevo ciclo de endeudamiento. Ayer Prat Gay lo dijo, ‘ahora nos vamos a poder endeudar’. El Partido Obrero dice que hay que suspender el pago de la deuda”.

Marcos Lavagna (Frente Renovador): «El acuerdo es carísimo, no me gusta, es muy costoso. Pero bueno, hay que taparse la nariz y seguir para adelante. Lo que el Frente Renovador intentó hacer en el Congreso fue evitar que el Gobierno tuviera un cheque en blanco para el endeudamiento. Introdujimos una modificación para que el Gobierno no pueda pagar algunos gastos de comisión o de abogados. Además queríamos que se le diera al Poder Legislativo las atribuciones que tiene que tener en base a la ley de administración financiera, algo que tampoco se incluyó por lo que vamos a seguir discutiendo el tema en el recinto».

Myriam Bregman (PTS-Frente de Izquierda): «Nosotros nos oponemos a este acuerdo y lo vamos a rechazar en el recinto y en las calles, porque es una entrega nacional de proporciones, cuya base es una deuda ilegal e ilegítima. No queremos que el pueblo trabajador sea un mero espectador de la escena, queremos que se haga una consulta popular vinculante para que se exprese el que será el principal afectado por este acuerdo. El mismo es una de las mayores muestras de cipayismo, entrega y sometimiento al capital financiero internacional. Estamos ante un proyecto de ley evidentemente redactado en Nueva York, y este Congreso pareciera estar convirtiéndose en la escribanía de Griesa».