A principios de este año, el intendente de Granadero Baigorria, Adrián Maglia, envió al Concejo Municipal de la ciudad vecina, el proyecto que establece una nueva Norma de Reordenamiento Urbano. Finalmente, la misma fue aprobada por los ediles, permitiendo de esta manera un crecimiento ordenado; delimitando una zona industrial, fijando parámetros para construcción en altura y en los barrios, protegiendo las zonas verdes, y fomentando el desarrollo y potencialidad de centros comerciales, entre otros puntos.

Estamos muy contentos porque hemos logrado aprobar a través del Concejo Municipal una nueva norma urbanística de regulación en materia de construcción para ciudad. De esta manera se logra un marco regulatorio y reglas de juego claras a la hora de recibir inversiones, potenciando y ordenando el crecimiento de la ciudad” expresó Martín Tartarelli, secretario de Obras Publicas de Granadero Baigorria, en diálogo con Conclusión.

La norma parte de un documento que se elabora desde la Secretaría de Obras Públicas, del área de Planeamiento, a través de profesionales locales idóneos en la materia. “La Secretaría está formada por arquitectos, maestro mayor de obra, gente especializada en posgrados de urbanismo e ingenieros también. A través del estudio de la situación de la ciudad y un montón de recolección de información a través de años”, indicó el secretario.

En primer lugar, se trabajó en la definición de corredores y áreas de tejido. “Se divide la ciudad en esas dos grandes clasificaciones. Por un lado, las áreas de tejido que son los barrios o el ejido urbano en general. Y los corredores que apuntan a distintas arterias que tienen un valor jerárquico sobre otras a nivel barrial o a nivel ciudad en general. «Sobre esos corredores se potencia y se pretende crecer en altura, y sobre los barrios tratar de preservar la idiosincrasia que trae la ciudad”.

En el último tiempo la densidad demográfica de la ciudad ha aumentado, lo que indefectiblemente, colocó la mirada en una posible regulación. “Cualquier evolución necesita ser controlada y necesita ser ordenada, teniendo en cuenta los usos de suelo que no corresponden con la vida cotidiana de la ciudad, y eso a futuro nos trae un montón de problemas y nos trae problemas que son más difíciles de resolver que si se planifica con anterioridad”.

“Anticiparnos al problema, ordenarlo, dar un marco regulatorio y que cuando la ciudad evolucione y crezca, lo haga por donde nosotros creemos que tiene que ser, respetando también al vecino y la vecina de la ciudad o del barrio”, reflexionó Tartarelli.

Esta norma será un comienzo de regulación que tendrá más de un capítulo. “Es la primera vez que la ciudad tiene la discusión de un plan regulador, un código urbano, que no termina de ser considerado como tal, sino que son normas urbanísticas. El código es un producto final que va a salir con la sucesión de varias normas que se van a ir compilando para lograr el código urbano como tal”, concluyó.