Pasan los días pero la inseguridad sigue siendo constante a pesar del paso del tiempo. No sólo se sostiene sino que según palabras del concejal Diego Giuliano, presidente de la comisión de Seguridad en el Concejo, los problemas en esa materia «son cada vez más graves».

Esas fueron las palabras de Giuliano luego de recibir a los vecinos de los barrios Echesortu, Cristalería y Sorrento, quienes manifestaron la ausencia de fuerzas de seguridad y de recursos humanos y materiales en las comisarías para hacerle frente al delito que creció exponencialmente “más allá de las estadísticas del Gobierno provincial”.

«Después de las 10 de la noche no queda un alma», se quejó uno de los vecinos de barrio Echesortu. En tanto, desde Cristalería apuntaron que «hay un sólo móvil para 45.000 habitantes» y lo llamaron «tierra de nadie».

“Lo único que hizo el Gobierno de Santa Fe fue colocar un cartel con la leyenda ‘Santa Fe Avanza’, pero no avanzan las obras en la comisaría ni todo lo prometido sobre seguridad en la zona”, indicó un Giuliano indignado.

Por último, barrio Sorrento reclama «adecuar los servicios a la necesidades ya que no entra el colectivo ni las ambulancias, no hay iluminación, ni calles transitables y menos aún presencia policial».

“Los vecinos solicitan abrir las calles Sorrento y Juan B. Justo para no quedar aislados de todo”, concluyó Giuliano.

Al respecto, el concejal Eduardo Toniolli manifestó que “lo que exigen los vecinos es ni más ni menos la presencia del Estado en su barrio, que hoy es escasa”.

“El barrio carece de servicios e infraestructura básica, las calles son de tierra y no cuentan ni siquiera con zanjas”, relató Toniolli, y sentenció: “Los vecinos transitan cotidianamente un camino de tierra de 7 cuadras sin iluminación, lleno de basura, para acceder a su trabajo o a la escuela, y sufren violentos robos. Para dar respuestas a estas y otras problemáticas del barrio se necesitan políticas públicas eficientes”.

En ese contexto, el concejal Aldo Pedro Poy puso el foco en la zona de la Ciudad Universitaria (La Siberia), específicamente en la falta de iluminación adecuada. «Representa un peligro de incremento en los hechos de inseguridad para todos los estudiantes, docentes y no docentes como así también para todos los que transitan y viven por el lugar”, argumentó.

“Los hechos de inseguridad -continuó Poy- afectan en muchos casos la concurrencia a clase en la Universidad, hecho que es necesario mitigar con políticas que aseguren condiciones de seguridad adecuada en los bienes e integridad psíquica y física de nuestros vecinos”.