Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires  – El economista Juan Valerdi, sostuvo en diálogo con Conclusión, que la última palabra no esta dicha en Bolivia», para el economista, los «condicionamientos existen, porque tener bien a la población en forma masiva y contar con un apoyo popular, no garantiza que no se puedan generar operaciones de law fare, como el caso de Dilma,  como golpes del Congreso apretados por law fare, y en el arréglense de Dilma la voltearon a ella primero y cerraron con el tio Sam «. 

«El apoyo de la gente es algo que tarda en el tiempo, como se ve en Bolivia y cerrar filas con EE.UU. carnalmente acompañado por la batería de recetas neoliberales, tampoco lo garantiza como le paso a Macri y a Piñera en Chile», describió. 

Consultado sobre cual es la salida, Valerdi respondió que hay «que atender las demandas de la población, construir conciencia política, es decir, que estamos hablando cuando se forman estas operaciones como la de Bolivia y respaldarse con el sindicalismo, que en Argentina como en Alemania son los dos países de más alto nivel de sindicalización en el mundo, y además con esto no vale la excusa del atraso».

Asimismo. advirtió que «el sindicalismo es fundamental y esta tomando conciencia del rol que le cabe en este momento y aunque algunos de esos dirigentes son de avanzada, aunque no sean tipicamente peronistas como es el caso de La Bancaria, con Sergio Palazzo, que es quien le puso la proa a Macri en todo momento y al mismo tiempo las organizaciones sociales que también constituyen un respaldo».

En otro orden, Valerdi señaló que desde el punto de vista económico «la prioridad es darle a la gente y no a la timba financiera, ni los mercados externos, tampoco a la importación indiscriminada para quedar bien con alguien por varias toneladas de limón». Como país debemos «hacer lo que nos conviene como ya lo hizo Estados Unidos, Japón, Alemania o Inglaterra entre otros».

Consultado si existe la herramienta para avanzar o hay que construirla, visto que el sindicalismo no se configuró como la resistencia al macrismo según lo esperaban algunos sectores de la población, Valerdi contestó, que «fue así, pero el sindicalismo no es una persona, es un grupo de dirigentes, y hubo quienes acordaron con el oficialismo pero en este momento quedarán relegados, porque las bases son cocientes de que grado de complicidad tuvieron». 

«También puede suceder que algunos de ellos, que no han sido cómplices se reconviertan y reconozcan que no tienen poder para ir al choque, no es que se entregaron, y hay otras herramientas están para construirse, serán nuevos sindicalistas que concretarán el recambio, para lo cual será necesario ayudarlos para que tomen estructuras. Pero más aún pesará el grado de concientizacion social  para evitar la intervención de los medios hegemónicos que destilan fake news sobre la cabeza del pueblo».

Respecto de las limitaciones históricas, que llevaron al actual estado de cosas imperantes, el especialista señaló que «esta carencia fue uno de los errores en la estrategia del kirchnerismo, que a la clase media la sedujo con el consumismo, no generó conciencia y hubo sectores de la clase media, que votaron a Macri en 2015, 2017 y 2019, cometen suicidio económico. Suicidio como clase». «Eso también pasó en Bolivia, que teniendo los mejores indicadores económicos de la región: crecimiento de casi 5 puntos del PBI, desempleo 4% y en baja, inflación de un dígito. El golpe llegó con con biblias y quemando whipalas. Es un caso notorio de venganza cultural».

En relación a los avisos de Bolivia de que se podría cortar el suministro de gas a Argentina, Valerdi manifestó que «no hay otro insumo que no sea el gas, no hay otro  producto que para el país sea estratégico. Recordemos que parte de ese gas se exporta a Chile», al tiempo que agregó que «sería bueno abordar el tema para dilucidar cuan relevante es el volumen total que se recibe de Bolivia y cuanto es el gas que se está consumiendo de lo que se produce en Argentina y cuanto se exporta a Chile». 

«Si tenemos problemas parta asistir a nuestra industria, seria una locura continuar el delirio del macrismo que le exporta a Chile para que gane plata Shell y no para que lo capitalicemos nosotros, es exponer y arriesgar la estrategia energética, de todos modos el final de Bolivia es un final abierto, la imágenes en las pantallas así lo indican», manifestó Valerdi. 

En tanto que en el terreno económico, dijo que «mirándole el lado bueno a las cosas malas, lo que esta claro es que no hay más espacio para la ortodoxia, prueba de ello se puede ver en Chile, que fracasó estrepitosamente. En Argentina el macrismo y el FMI -ambos ortodoxos- fracasaron estrepitosamente».

Por el lado, acerca de la futura relación de Argentina con los organismos internacionales, Juan Valerdi precisó que «no hay que comprar la campaña de miedo, que intenta difundir que no fue buena la actitud de Alberto Fernández, que era una locura salir al cruce del tuit de Trump que avaló el golpe en Bolivia, porque nos paraba mal frente a la negociación con el FMI, porque el mandatario norteamericano tiene el poder absoluto. El FMI necesita cerrar con Argentina, están más desesperados que nosotros. 

Para Valerdi, si Argentina «no puede pagar, se complicará mucho más la vida de los burócratas del FMI que firmaron los papeles que a la vida del futuro Gobierno. Porque el préstamo que fue a Macri -y no a la Argentina- está atado con alambre desde el punto de vista de la estructura del propio FMI y de su Carta Orgánica, esto responde a operadores que intentan sembrar el miedo. No hay espacio para la ortodoxia». 

Finalmente, Juan Valerdi, expresó que hasta se podría «coincidir con quienes quieren darle espacio a la maquinita, para darle a los pobres y a los indigentes. a todos los que están en riesgo porque se puede convivir con una inflación medianamente alta, siempre y cuando el Estado no esté del lado de los que son formadores de precios, y de quienes cobran tarifas delirantes de energía». «Habría que ver de que forma se resuelve esa puja, estos último cuatro años se vio bien de que lado estaba el Estado». 

«Hay que recordar que en el gobierno kirchnerista hubo inflación, pero el salario la empataba o la pasaba un punto, es totalmente diferente ese tipo de inflación. No es cierto que la única opción es el ajuste, ya vimos como le salió a Dilma Rouseef, es la peor opción, se pierde el apoyo de las bases y se comienza a implosionar tal cual le sucedió al macrimo. No existe país que haya hecho ajuste tras ajuste para arreglar la macroeconomia en un contexto como el nuestro y le haya salido bien.