La salud pública porteña es una de las áreas sensibles que intensificó un proceso de vaciamiento en los últimos 15 años junto con el sector educativo que conduce Soledad Acuña. La situación comenzó su etapa de precarización durante los dos mandatos de Mauricio Macri como jefe de gobierno, y se profundizó en las últimas dos gestiones de Rodríguez Larreta. Pasaron de ser un servicio público de calidad a un servicio de asistencialismo básico.

En las últimas horas se conoció una imagen difundida en redes sociales que generó impacto en la sociedad. La puerta de una guardia pediátrica cerrada, con un cartel escrito a mano que reza: “Guardia Cerrada. No hay médicos sábado y domingo”.  La foto grafica lo que ocurre en ese sector del Hospital Rivadavia. La situación fue confirmada por Rodolfo Arrechea, secretario general de ATE de ese nosocomio y Coordinador de la Mesa Nacional de ATE Salud.

La grave situación fue difundida en redes sociales por el médico cardiólogo Mario Fitz Maurice, director del consejo de arritmias y responsable de prensa y comunicación de la Sociedad Argentina de Cardiología. Los médicos están mal pagos y para subsistir, el 90% de tiene como mínimo tres trabajos, para vivir dignamente.

De no modificarse en lo inmediato las condiciones laborales de un profesional médico, esta situación se repetirá en el resto de los nosocomios porteños. El primer hospital de la Ciudad que atravesó indicios de un vaciamiento profundo fue el Durand. El titular de la cartera sanitaria, Fernán Quirós, decidió cerrar el único servicio de recuperación cardiovascular de CABA. De acuerdo a lo denunciado por la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), el ministro de salud de CABA, cerró el servicio de recuperación cardiovascular que, según informaron, es el único en su tipo en toda la Ciudad.

Los trabajadores del Hospital Durand, advierten que este espacio es el único lugar donde se atendían pacientes que sufren patologías cardíacas severas. Al servicio asistían personas que necesitaban un ‘by pass’ coronario, cambios de válvulas aórticas, mitrales y tricuspídeas; como así también la colocación de marcapasos y otros cuidados de altísima complejidad. El cierre de este espacio, se suma a un profundo vaciamiento por el que atraviesa el hospital, situación que ocasionó que más de 1.000 intervenciones quirúrgicas sean postergadas en los últimos meses.

No solo faltan médicos

El funcionamiento al interior de los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires debería funcionar del mismo modo en todas las jurisdicciones, es decir que cuando un centro está colapsado, los pacientes deben ser derivados a otro nosocomio que contenga las mismas características de alta, media o baja complejidad. Sin embargo, en los hospitales porteños, no sucede, según los trabajadores.  La demostración de esta situación son las postergaciones de mil interveciones quirúrjicas que ocurrieron en el hospital Durand.

La carencia no es solo de personal médico, también existe una gran escasez de profesionales de la salud, y uno de los más castigados es el de enfermería, ligado a los bajos salarios y a la negativa del gobierno porteño a incluirlos dentro de la carrera profesional.