El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Eugenio Burzaco, anunció que 250 efectivos de la Policía de la Ciudad saldrán a la calle con las pistolas eléctricas Taser a partir del 17 de julio, luego de haberse capacitado para su empleo.

«A partir del 17 de julio esta arma va a estar ya en uso en toda la Ciudad de Buenos Aires, especialmente estaciones de subte, terminales de ómnibus, colectivos y trenes«, dijo Burzaco en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP), durante una jornada de capacitación de los policías que tendrán a su cargo el manejo de estas pistolas de baja letalidad.

Burzaco confirmó que «se va a trabajar en binomios», ya que, según explicó, «un oficial disparará y el otro oficial tendrá la tarea de reducir al delincuente o a la persona que tuvo el brote psicótico».

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Los llamados «Dispositivos Electrónicos de Inmovilización Momentánea» envían una descarga eléctrica a través de dardos que permiten inmovilizar a personas violentas o en estado de desequilibrio sin causarles daño permanente.

Las armas, además, graban toda la secuencia de uso -en imágenes y en audio-, por lo que pueden verificarse posteriormente las condiciones de tiro, cosa que no ocurre con las armas de fuego reglamentarias.

El proceso de capacitación se llevó a cabo en el Instituto Superior de Seguridad Pública de la Ciudad, donde personal de la firma fabricante de estos dispositivos entrenó a los instructores y luego fueron ellos los que durante tres semanas instruyeron a los 250 policías que saldrán a las calles.

En marzo de 2019 el Gobierno porteño comenzó el proceso licitatorio para adquirir 60 pistolas Taser, destinadas a la Policía de la Ciudad pero la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), quien debe autorizar la compra, no aprobó la llegada de esas armas argumentando que su uso ante situaciones que involucran a personas bajo efectos de sustancias o víctimas de padecimientos mentales fue desaconsejado por el propio fabricante.

El 14 de febrero de este año el asesinato de la oficial de la Policía de la Ciudad Maribel Nélida Salazar a manos de un hombre que le quitó su arma reglamentaria y le disparó dos balazos en la estación Retiro de la línea C de Subte reavivó la discusión.

«El enfrentamiento podría haber sido controlado con una pistola Taser. Hace dos años compramos 60 unidades, pero el gobierno kirchnerista las bloqueó«, tuiteó el entonces ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.

Las pistolas Taser, que provocan una descarga de 400 volts que inmoviliza durante cinco segundos a quien recibe el impacto, fueron definidas por el Comité contra la Tortura de la ONU como provocadoras de «un dolor intenso» y constituyen «una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte».

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Finalmente, a fines de febrero de este año el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, confirmó la compra de 100 pistolas Taser para que sean utilizadas por «grupos de élite» de las fuerzas de seguridad, previo entrenamiento, y sostuvo que «seguramente» el Gobierno porteño también podrá utilizarlas.

Luego de aquel anuncio, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y organismos de derechos humanos reiteraron su crítica respecto del uso de «estas pistolas de descarga eléctrica que se promocionan como armas no letales pero en realidad son armas menos letales» y enfatizaron que su «uso desproporcionado» puede «ocasionar la muerte».

Dentro de este debate el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, anunció este martes la compra de 30 pistolas Taser para sumar a las 60 con que ya cuenta la Policía de la Ciudad y adelantó que llamarán a licitación para la adquisición de 500 de esas armas para incorporar al equipamiento de la fuerza.