Por Alejandro Maidana

La geopolítica no descansa, las piezas del ajedrez mundial manipuladas por el fáctico poder económico no dejan de moverse. Bajo este contexto, Latinoamérica vuelve a estar en el ojo de la tormenta, es por ello que la necesidad de profundizar de manera medular el análisis político es una tarea obligada.

Comenzar por los orígenes para comprender los tiempos actuales, “la dictadura que se produjo por espacio de casi 3 décadas  en Venezuela después de aquel boom del petróleo a comienzos del siglos XX, ha generado una subordinación que atenta contra la génesis de este país hermano”, cuenta Lautaro Bruera.

La palabra Venezuela y una procedencia desconocida para la enorme mayoría, “la génesis de este nombre proviene de <Venecia>, aquella república aristocrática de la cual nos hablaba Maquiavelo que la contraponía con Florencia. Quizás este trabajo que inició Simón Bolívar junto a los llaneros y el pueblo venezolano, pudo revertir esa matriz aristocrática cerrada para acercarla a una república popular como añoraba el propio Maquiavelo. Esto volvió a plasmarse a partir del año 1999, donde comenzó a democratizarse, social, económica, política y culturalmente el país como había sucedido tiempo atrás con el propio Bolívar”, sostuvo el docente.

El petróleo empujó al hermano país a ser monoproductor, exportando solo a la región del norte logrando romper con esa hegemonía recién en el 2002 y 2003, cuando Argentina logró recibir combustible después de la crisis 2001.

La revolución productiva no llegó y le abrió paso al intervencionismo, “si bien nuestro país tiene un matriz productiva más diversificada, podría ser ese interesante punto de discusión. Venezuela viene sufriendo un feroz bloqueo perpetrado por los monopolios de los alimentos y la industria farmacéutica”.

Latinoamérica debe parecerse a su pueblo, algo que en la actualidad parece alejarse cotidianamente, “se deben priorizar determinados valores, como los de la integración que llevaron a la constitución de la UNASUR que ahora se la quiere transformar en otra cosa lejos de la tradición latinoamericanista».

«Estas son recurrencias históricas que ya demostraron que persiguen y a donde pretenden dirigirse, es por ello que es menester traer una y otra vez a Simón Rodríguez con esto de inventamos organizaciones, inventamos instituciones, inventamos perspectivas de convivencia en todo los planos humanos o vamos a fallar, si copiamos vamos a fallar”, enfatizó Bruera.