El gobernador Miguel Lifschitz recorrió las instalaciones del Instituto de Recuperación del Adolescente Rosario (Irar) y anunció el proyecto de rediseñar ediliciamente la institución a fin de que cumpla su verdadero rol social: la reinserción en la sociedad de los chicos ahí alojados.

«Nuestra idea es reformular completamente este proyecto», anticipó el mandatario provincial tras una minuciosa recorrida por el edificio. «Desde el punto de vista edilicio debemos aprovechar las obras que se están terminando y, además, proyectar otras que van a tener una impronta diferente, mucho más amigable», añadió Lifschitz, que es el primer gobernador en la historia en visitar el instituto, creado en 1998 para alojar a menores de entre 16 y 18 años con causas penales.

«No queremos que ésto sea una cárcel y esperamos que se transforme en un instituto moderno para la recuperación y rehabilitación de los chicos, en el marco de la reinserción social de los jóvenes en conflicto con la ley. Ese es el objetivo fundamental: no la penalización sino la reinserción. Por eso vamos a rediseñar todo el edificio para que cumpla con ese rol, con espacios para la recreación, el deporte y el aprendizaje de oficios», dijo además.

También señaló que se trata de «una institución que hace un trabajo muy importante para la provincia», al tiempo que advirtió que «es un trabajo poco visible y que en ocasiones adquiere una trascendencia pública por algún problema edilicio pero donde hay un muy buen trabajo del personal que aquí se desempeña».

En este proyecto de refuncionalidad participarán los ministerios de Justicia y Derechos Humanos, Obras Públicas y Vivienda, y Desarrollo Social. Por este motivo, el gobernador estuvo acompañado en su visita al instituto por los ministros de cada una de esas áreas, Ricardo Silberstein, Julio Schneider y Jorge Alvarez, respectivamente. Además, participaron de la recorrida el director provincial de Justicia Penal Juvenil, Alcides Leicker; el asesor de Gabinete, Juan Carlos Zabalza; y el subdirector del IRAR, Jorge de la Fuente.

En ese sentido, Silberstein destacó que «es la primera vez en la historia que un gobernador visita el IRAR, ya que ni siquiera fue visitado por el gobernador santafesino cuando se inauguró». Al respecto, añadió que «decir eso implica el compromiso de esta nueva gestión con un proyecto de vanguardia, poniendo el acento en la integración, el desarrollo social y la posibilidad de dar respuesta a una situación que ha generado diversos reclamos de la sociedad».

Obras ejecutadas

El Irar, ubicado en Saavedra y Cullen, en la zona suroeste de Rosario, tiene una superficie cubierta de 970 m2, además de 624 m2 en patios internos.

El lugar aloja hoy a unos 38 internos y recientemente se realizó una obra de remodelación de un importante sector de alojamiento de los jóvenes, actualmente conocido como G1 y sus cuatro pabellones A-B-C-D.

«Si bien la propuesta mantiene la estructura actual de las dos naves contenedoras, propone una concepción arquitectónica distinta, a partir de una nueva organización de los espacios interiores, un cambio en el uso de los mismos y de su relación con los espacios exteriores», explicó Andrea Sabesinsky, arquitecta a cargo de la obra ejecutada.

Cada unidad contempla seis celdas individuales con su módulo antivandálico de inodoro y lavabo, un sector común de duchas, un estar comedor en planta baja, un estar en planta alta, y un patio de uso exclusivo para propiciar el desarrollo de actividades sociales, convivenciales y de recreación.

El sector de alojamiento cuenta, cada dos unidades, con una guardia y un lugar de trabajo para los acompañantes juveniles e incorporará un nuevo sector para los profesionales de apoyo, con cuatro privados para la atención de los jóvenes.

En el exterior y entre los patios se concentran todas las instalaciones pertenecientes a esta reforma reemplazando a nuevo todo el sistema de provisión de agua, sanitarios, incendio y climatización

Se han elegido para su ejecución materiales de gran resistencia y de fácil mantenimiento, ponderando la utilización de colores claros para el mayor aprovechamiento de la luz solar.

Cada unidad está pensada como una unidad autónoma, que resuelve sus necesidades básicas con una dinámica más familiar, propiciando un trabajo más personalizado de los operadores civiles, sin descuidar cuestiones de seguridad.

Allí funcionan, además, talleres de formación en oficios, una huerta y un anexo de la Escuela Primaria de Jóvenes y Adultos N° 13 “Alejandro M. Aguado”.