Por Gisela Gentile

El 2020 resultó ser un año atípico para la educación, la pandemia por el Covid 19 tuvo como consecuencia que niños y niñas se quedaran sin la escuela presencial y a docentes, que con el correr de los días y con retrasos en sus paritarias, tuvieron que hacerle frente a una situación completamente anormal con los recursos que cada uno contaba.

Así transcurrió un año con inmensa cantidad de complicaciones para quienes tienen que estar frente a un aula; donde la falta de acceso a las nuevas tecnologías, las malas conexiones, entre otros factores socioculturales, fueron factores comunes en el colectivo de maestras y maestros de la región y el país.

A todo lo antes mencionado, que significó un gran esfuerzo para este colectivo de trabajadores, se le suma que el Gobierno de la provincia de Santa Fe podría dar marcha atrás con 800 titularizaciones docentes. Las mismas fueron realizadas en los últimos días del gobierno de Miguel Lifschitz, el Tribunal de Cuentas fue quien pidió al Ministerio de Educación que revise estas designaciones a las que consideran irregulares.

Este llamativo pedido del Ejecutivo puso en alerta a los y las docentes que no dudaron en poner en palabras, lo que significa este intento de vuelta atrás de derechos ya conquistados. Conclusión accedió a una carta realizada por las y los trabajadores pertenecientes a los equipos de Formación Profesional y Capacitación Laboral, Territoriales con Eje en la Convivencia y la EEMPA 1.330, en donde se deja constancia el posicionamiento de este colectivo de trabajadores de la educación.

Defendemos las titularizaciones que, como parte de un acuerdo paritario entre la representación gremial de AMSAFE y el gobierno, son un derecho conquistado de las y los trabajadores tras años de lucha colectiva, y que no puede ser avasallado por un desacuerdo.

Los procedimientos administrativos aducidos como excusa no son parte de nuestra tarea como docentes. Nos resulta inadmisible quedar en medio de este conflicto político. Además negamos cualquier irregularidad en el concurso y la toma de posesión de nuestros puestos de trabajo. Ante las noticias que circularon sobre la anulación del proceso, solicitamos cese la persecución de la que somos objeto por parte de las autoridades del Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe.

 A casi un año de gobierno, en el que hemos sostenido en soledad diferentes espacios y tareas en nuestros puestos de trabajo, en el que hemos solicitado insistentemente a las autoridades provinciales las condiciones que permitan desarrollar nuestras tareas; en el marco de la más profunda crisis educativa de la que se tenga memoria; asistimos a un nuevo desplante y desconocimiento por parte de unas autoridades que no han estado a la altura de la situación y que no han podido contestar un mail o sostener al menos una reunión de trabajo.

Es alarmante, desprolijo y doloroso a un año de haber titularizado, y en el marco de una crisis sanitaria, educativa y económica, que tantas personas estemos con la incertidumbre de perder nuestros puestos de trabajo, concursados con el respaldo paritario que corresponde.

En este contexto de profunda crisis en el que miles de docentes solicitan apoyo para el desarrollo de su tarea, en el que miles de estudiantes han perdido el vínculo con sus escuelas, es donde más se necesitan los equipos territoriales y de acompañamiento. Así como también las experiencias innovadoras de sostenimiento de trayectorias educativas de calidad. Ante esta situación, esperamos una gestión que organice la tarea y reconozca a quienes la sostienen en cada territorio, una gestión con mayor acompañamiento. Creemos que es fundamental llevar adelante estrategias de trabajo en conjunto en vez de recibir mayor incertidumbre.

Lejos queda esa tranquilidad por sostener y respetar la paritaria docente mencionada en campaña. Más lejos queda aún el compromiso de apoyar las tan ansiadas titularizaciones que “vinieron para quedarse”. En cambio, este presente, se acerca más a un proceso de ajuste, pérdida de empleo y derechos; como vivimos en los años ´90.

Rechazamos y repudiamos enérgicamente cualquier intento que desestabilice nuestros puestos de trabajo y que afecte nuestra integridad como trabajadores.

Trabajadores de la Educación