Por Marcelo Chibotta

Después de una encendida arenga dada en la sede de La Fraternidad de Rosario este jueves 21 al mediodía, el secretario general del gremio a nivel nacional, Omar Marturano, ofreció una mirada autocrítica al respecto del apoyo que por 2015 le había dado al entonces flamante gobierno de Mauricio Macri.

En diálogo con Conclusión Marturano habló sin dobleces: “La verdad es que teníamos una mirada a nivel nacional de que el ferrocarril iba a crecer, por eso muchos trabajadores del país lo votaron a Macri, no solamente ferroviarios, sino también metalúrgicos…aparte se esperaba un cambio porque no nos trataban bien a los trabajadores, ni trataban bien a las instituciones, y bueno, se apostó y se apostó mal”.

Además, agregó: “En lo que se refiere a la industria, creció mucho en Buenos Aires y en Capital Federal pero no creció lo que nosotros queríamos, que creciera en el interior del país, en esos pueblos abandonados. Nos habían dicho que era ese el proyecto, se hablaba de los ferrocarriles, de 36.000 kilómetros de vías, y bueno, no se hizo lo que prometieron”.

“Nosotros sufrimos el impuesto al trabajo, que es el impuesto a las ganancias y hoy lo seguimos pagando. Un trabajador que hace horas extras cobra menos que otro trabajador que no las hace. Un trabajador que cobra un viático, que sale afuera, cobra menos que un trabajador que se queda en residencia, por esas cosas que no se cumplieron, seguramente los trabajadores volvieron al peronismo y piensan que el peronismo va a tratar de realizar el trabajo que no hicieron los de este gobierno”, añadió.

Más adelante, el titular de los choferes de las locomotoras agregó que habrá “dos años de recesión, seguramente, aunque digan otra cosa”.

Al ser consultado al respecto de su opinión del futuro presidente argentino, Maturano señaló: Nosotros le creemos a Alberto Fernández porque tiene nuestro mismo pensamiento, seguramente que no tenemos las expectativas que debemos tener porque sabemos que el país quedó en la bancarrota y esto se da vuelta únicamente con esfuerzo y trabajo”.

Enseguida, y como abriendo un manto de cobertura indicó: “Nosotros no le vamos a firmar un cheque en blanco a nadie, queremos ver cómo actúan y una vez que actúen vamos a empezar a apoyar”.

“Tampoco podemos esperar que los hombres que manejan el alimento, la canasta básica, el aumento de los precios y nosotros quedamos estancados en un salario, así que seguramente también vamos a tener que reclamar por los salarios.

“Vamos a confiar, vamos a esperar, vamos a llegar al acuerdo social que no significa no poder dar un bono porque yo no estoy de acuerdo con eso, no significa una reforma laboral, tampoco estoy de acuerdo con eso, como que nos saquen algún derecho ya adquirido”, justificó.

Seguidamente, Maturano detalló con prudencia más reparos: “Tampoco estoy de acuerdo con que digan que cada sindicato discuta su convenio particular, porque para mí la CGT se tiene que enfrentar y decir, no, no, no, la cosa está como está y no nos tienen que dejar al libre albedrío, porque cuando se nos deja al libre albedrío, podemos hacer cualquier cosa en los convenios”.

Más allá de esas observaciones, ¿cuáles son las cosas que debería contemplar el pacto social?

— Se debería concretar un aumento de emergencia para los jubilados, lo de la tarjeta para que la gente no tenga hambre está bien, hay que tratar de contemplar una emergencia no solamente alimentaria, sino social porque hay que fomentar el aumento o el crédito blando a las pymes para que puedan abrir sus puertas, tratar de sacar el UVA y volver al Procrear porque fue el mejo plan de vivienda que tuvimos, o el plan quinquenal del general Perón. Hay que tratar de solucionarles el problema a esas 40.000 personas que tomaron créditos UVA porque se quedaron sin casa y deben plata, esas son cosas urgentes como la salud y la educación que el próximo gobierno debe realizar rápidamente.

Independientemente del gremio que conduce, se nota que está hablando para el conjunto de los trabajadores…

— Nos guste o no, los trabajadores somos una clase social de la que muchos reniegan, reniegan de nosotros y lo que me da pena también es que algún trabajador reniegue de serlo. Tenemos que estar orgullosos de ser trabajadores, somos una clase social importante a la sociedad. Somos los que verdaderamente trajimos la democracia a la Argentina y no nos creemos padres de nada, pero sí es bueno aclarar que nuestros padres fueron perseguidos. Y los que se fueron del país lo hicieron porque tenían poder económicos y nosotros nos quedamos a hacer, si quieren llamarla así, la revolución. Vimos como sufrieron nuestros padres que fueron perseguidos, desaparecidos, no pudieron irse así que no pudieron salvar sus vidas y por eso tenemos que rendirles tributo a nuestros padres porque ellos son los verdaderos padres de la democracia y no ningún líder ni partido político.

— El bono de fin de año dejó diferentes posturas a la vista ya que algunos dirigentes están a favor y otros no. ¿Cómo explica esta situación?

— Si hacemos historia, el año pasado propusieron un bono de 2.000 pesos y no lo cobró nadie. Este año, el gobierno decretó un bono de 5.000 pesos y no lo cobró nadie, lo cobraron algunos sindicatos y otros no lo cobraron. Es muy jodido pero lo que pasa es que cuando habla la CGT tiene que consultar con los sindicatos, no puede salir a hablar un secretario adjunto o un secretario general y decir “bono no” porque no son los dueños de la verdad. Y cuando otros compañeros salen a responder, el que quiere un bono de 20.000 pesos tampoco puede hacerlo así porque deja a los otros mal parados.

¿Cree que de una vez por todas las organizaciones gremiales tendrán un único pensamiento y una única acción?

Creo que tenemos que sentarnos todos en un gran plenario sindical donde estén los secretarios generales y decirnos la verdad, la ropa sucia lavarla bien en casa y salir de ahí depurados. Tiene que ser como las asambleas nuestras en las que podemos pensar diferente pero que cuando salimos, si ganó la mayoría salimos todos abrazados para llevar adelante la moción con la que se ganó.