Presidente, los jubilados que cobramos el haber mínimo, luego de haber aportado durante más de cuarenta años, después de su discurso inicial quedamos asombrados por el “cambio” que se viene observando desde que es Gobierno. Asombrados por el enorme sacrificio que usted y su Gabinete, luego de cuatro meses de estar anunciándolo, nos va a devolver el IVA. Lástima que sólo con un máximo de $ 300, y además para mayo. Una limosna más, igual que las que antes daba el gobierno anterior, por única vez de $ 500.

Personalmente, con mis 80 años, como viejo testarudo que soy, confié y voté por el cambio, sólo que los vueltos fueron para las cerealeras, las mineras, (en la Barry Gold seguramente estarían necesitados de una ayuda), y para los holdouts (había que honrar la deuda).

Le pregunto, Presidente, si con los jubilados en juicio que tenemos sentencia a favor en primera instancia, apelada por el anterior director de la ANSeS, se debería también honrar la deuda.

Fui al mercado y les dije que usted se sentía muy optimista por lo que está haciendo, pero me dijeron que pague primero y que después me vaya a casa con el optimismo en el bolsillo.

¿Tanto estudio les demandó a usted y a su Gabinete preparar estas medidas que no son más que una dádiva a gente que, después de dejar gran parte de su vida trabajando por el país, hoy se ve sumergida en la tristeza de sentirse engañada una vez más?

¿No hubiese sido más rápido, así como se hizo con las retenciones, dictar un DNU para otorgar un aumento razonable en el haber de las jubilaciones y no, repito, esta limosna que se nos otorga ahora?

De verdad, después de tanto luchar, realmente me siento desilusionado una vez más. Por eso, Presidente, que Dios se lo pague.

Roberto Vitale

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