Organizaciones sociales y piqueteras, vecinales y clubes de barrio, merenderos y comedores, realizaron una manifestación en la Plaza Montenegro para poner en agenda el problema del hambre. Frente a la situación que atraviesan día a día en los barrios, sostienen que la sancionada ley de emergencia alimentaria «hoy no se respeta y por el contrario se pretende recortar los refuerzos de alimentos que reciben los barrios.

Frente a la insostenible situación desde la CUBa – MTR (Coordinadora de Unidad Barrial – Movimiento Teresa Rodríguez, integrante del Plenario Piquetero Nacional), realizaron una jornada de protesta, planteando al municipio y la provincia el reclamo por unas fiestas dignas «ante la insuficiente y magra respuesta del gobierno para ayudar a las familias de nuestra ciudad a pasar unas fiestas con una mesa digna».

La marcha se realizó a las 10 de este jueves desde plaza Montenegro hasta la oficina de Desarrollo Social de la Municipalidad, con concentración y olla popular «hasta tener respuestas favorables».

Aseguraron que “somos una organización que pelea en la calle por todas las condiciones dignas de vida”, declaró Guillermo, notario CUBa, en diálogo con Conclusión, “pero lamentablemente la situación del país, la pobreza y la desocupación nos hacen luchar por las cuestiones más inmediatas que son los alimentos, principalmente lo que es el cierre del año”.

Según sus integrantes la sancionada ley de emergencia alimentaria “hoy no se respeta y por el contrario se pretende recortar los refuerzos de alimentos que reciben hoy los barrios”.

“Nuestra intención es tener un contacto con algún agente del estado provincial o municipal para ver la cuestión de los alimentos”, aclaró el notario, “el pedido es un monto para poder hacer una canasta navideña para los compañeros y compañeras de la organización”.

Guillermo reveló que ya tuvieron una reunión hace unos días donde se comprometieron a pagarles el mismo monto que el año pasado. “$15.000. Tomamos ese acto casi como una burla. Teniendo en cuenta la inflación y el aumento que hubo desde el año pasado hasta diciembre de este año, sumado a la gran cantidad de compañeros y compañeras que se siguen organizando y llegando a los barrios y comedores (dado que la situación no da abasto), para nosotros el monto es bastante irrisorio”.

“La organización viene creciendo últimamente, éramos alrededor de 70 familias hace un mes y ahora somos cerca de 150 familias. Abrimos nuevos merenderos con el esfuerzo de toda la organización, de todos los compañeros y compañeras, que arman las copas de leche, las rifas para poder conseguir los alimentos, las ollas, los mecheros, el gas; todo lo que hace falta para poder llevar el derecho más básico que es la alimentación”. “Necesitamos una respuesta inmediata y mucho más eficaz”, concluyó.