Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri,  inicio el proceso de venta de la empresa Iecsa SA, una de las mayores proveedoras de obra pública de las últimas décadas. La firma fue la constructora insignia de Socma hasta 2007, cuando Franco Macri la desmembró del holding y se la vendió a su sobrino.

Tras el cambio de gobierno y la incompatibilidad que implicaría presentarse a licitación en cualquier punto del país, la histórica compañía comenzó los trámites para buscar comprador.

Calcaterra atribuyó su decisión a motivaciones «personales», según trasladaron sus allegados a LA NACIÓN. Uno de sus más estrechos colaboradores reconoció: «Con este panorama político, para Iecsa será muy difícil trabajar.

Siempre será cuestionada, aunque se trate de la empresa con mayor capacidad técnica y mejores antecedentes del mercado. Es una situación que puede perjudicar a la empresa, y al Presidente también».

En las últimas semanas, en el mundillo de la obra pública, circuló que Nicolás Caputo, amigo íntimo de Macri desde su juventud, también vendería su constructora. Pero desde la firma desmintieron a LA NACIÓN esa versión

«No hay ninguna intención de venta», señalaron desde la sociedad en la que el empresario allegado al Presidente tiene el 21% de las acciones.

Iecsa, de Calcaterra, tiene una facturación de entre 300 y 400 millones de dólares por año. En su planta hay más de 3000 empleados. Desde la firma señalaron que habrá «una continuidad en el trabajo» a pesar del eventual cambio de dueños.

Aseguraron que no va a haber despidos, que seguirán avanzando las obras que están en desarrollo y que continuarán los procesos licitatorios en curso.

Calcaterra ya contrató los servicios del banco de inversión internacional MBA-Lazard, que tendrá el mandato para realizar la venta de la empresa. La entidad ya terminó el prospecto sobre Iecsa para salir al mercado nacional e internacional. La estrategia es que los interesados ofrezcan un precio por la compañía a negociar con sus actuales accionistas.

La venta de Iecsa es todo un símbolo de época. Para Mauricio Macri, el emporio familiar de su padre se convirtió en una herencia algo incómoda desde que llegó a la Casa Rosada. Es que muchas de las sociedades que integraron el holding familiar fueron contratistas del Estado. Desde que asumió como cabeza del Ejecutivo, otorgarle contratos a un familiar implicaría una seria irregularidad.

Calcaterra tiene como socio minoritario a Ghella SPA, que actualmente tiene el 20% del paquete accionario. Se trata de la firma italiana que realizó el túnel del arroyo Maldonado, una de las obras insignia de Macri en su gestión en la ciudad.

De acuerdo con el ranking de contratistas del Estado que difundió el ex ministro de Planificación Julio De Vido, durante el kirchnerismo Iecsa se ubicó tercera en el podio, detrás de Techint, de Paolo Rocca, y de Electroingeniería, de Gerardo Ferreyra. En la empresa, sin embargo, aseguran que fue muy difícil ganar licitaciones durante el último gobierno. «Nos discriminaban por motivos políticos sin mirar nuestra capacidad técnica», manifestaron.