Por Alejandro Maidana

El sur que despoblaron y no supieron como poblar, se sigue levantando desde la dignidad y el valor de aquellos que han sido despojados de la manera vil y cobarde. En el todo vale de la ruleta capitalista, las distintas comunidades mapuches siguen resistiendo en los territorios que les fueron usurpados a fuerza de Remingnton y leyes hechas a medida después.

La figura del enemigo interno, ardid utilizado por el Estado para justificar su faceta represiva, sigue vigente en una ciudad que no esconde su médula racista, Bariloche. Allí la lucha por permanecer en el territorio recuperado, encuentra a distintas familias mapuches, soportando el duro proceso que acarrea el tener que enfrentar al Estado, títere del furibundo lobby privado que encuentra en los medios hegemónicos de comunicación, la herramienta justa para poder legitimarse.

En ese marco, fue semanas atrás que miembros de una comunidad mapuche de Bariloche (Buenuleo) fueron golpeados y heridos con armas blancas por una patota encabezada por quien dice ser el propietario del predio y su abogada, una ex funcionaria municipal.

Villa Mascardi nuevamente en el ojo de la tormenta

El pasado jueves alrededor de las 17.30, una noticia comenzaría a correr como reguero de pólvora a través de las redes sociales. La Lof Lafken Winkul Mapu, comunidad de Rafael Nahuel, el joven Weichafe asesinado en noviembre del 2017, en el marco de un violento desalojo de la comunidad originaria de Villa Mascardi, viviría un nuevo avance represivo.

Mientras que la muerte de Rafael Nahuel aún sigue gozando de impunidad, la respuesta del Estado sigue siendo la misma desde su conformación como tal. Personal de la comisaría 42 llegarían al territorio recuperado disparando  asentados al lado de la Lof, en la ruta. “La gente en los barrios altos son golpeados por esta misma gente de la comisaría 42, que los detienen, los torturan, los mantienen marginados”, indicaron desde la comunidad.

Los miembros de la comunidad fueron los que denunciaron a través de audios y videos, que la misma policía fue la que incendió algunas viviendas linderas a la Lof. Si bien distintos medios de comunicación, los mismos que han tenido un papel preponderante a la hora de minar el terreno para el no esclarecimiento de los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, marcaron todo lo contrario, adjudicándole el atentado a los integrantes de la Lof Lafken Winkul Mapu. Una vieja costumbre adquirida de Estanislao Zeballos, quién buscó allanar el terreno del genocidio perpetrado por las huestes roquistas en la sanguinaria Campaña al desierto, una campaña que no ha cesado.

En esta carrera represiva, cuando las aguas parecían aquietarse, en el día de ayer  aproximadamente a las  16.30 hs, y mientras el Vice Presidente del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas)  Luis Pilquiman y Newen Loncoman, Consejero Zona Andina se encontraban en el territorio Comunitario de Lafken Winkul Mapu, conversando con la Comunidad, paso por la Lof nuevamente la policía local y sin motivo alguno, comenzó a disparar hacia el interior del Territorio.

Un nuevo atropello, una nueva demostración de impunidad de una institución que apoyada en el silencio cómplice del gobierno de Río Negro y  sigue adelante empujando la profundización de un conflicto histórico. A casi tres años de un crimen de Estado, el de Rafael Nahuel, la justicia prefirió mirar nuevamnte hacia otro lado, siendo garante de un accionar tan abusivo como repudiable.

Para conocer más detalles de la represión sufrida por la comunidad mapuche, Conclusión dialogo de manera exclusiva con uno de sus integrantes que consultado pos los sucesos acaecido sostuvo: “Desde el territorio Relmu Lafken, y como integrante de Lafken Winkul Mapu donde hace dos años y medio fue asesinado nuestro peñi weichafe Rafael Nahuel. Queremos llevar un poco de luz comentando lo que está sucediendo en nuestra comunidad.  Estos últimos 15 días hemos sido perseguidos por la policía de Mascardi con la clara intención de que abandonemos el territorio”.

Persecución, hostigamientos y represión, la respuesta de un Estado municipal que parece tener en claro que intereses poner por delante de otros. “La policía de la comisaría 42, es la misma que nos discrimina y reprime siempre que puede en los barrio altos. Esta policía trabaja en conjunto con la comisionada de fomento Inés Maraoli, ellos trabajan para los negocios privados, por eso persiguen que nos vayamos del territorio”, indicó.

Montajes, operaciones mediáticas y estatales, con el único fin de hacerse de un territorio recuperado por sus legítimos dueños. “Desde los medios de comunicación se prepara el terreno para la futura represión, se legitima ese accionar ante la sociedad, en el día de ayer la policía llegó a nuestro territorio gritando y disparando con pistolas 9mm y escopetas. Es preciso destacar  que nos disparaban al cuerpo, juntando después los cartuchos y las vainas para que no queden rastros de su accionar”.

Como coralario de la deleznable agresión, el incendio de una cabaña traería a colación una nueva manipulación mediática. “Cerca de as 20 hs la policía se resguarda en una cabaña distante a 300 metros de la Lof, para acto seguido incendiarla. De allí huyen hacia Villa Mascardi con los bidones de nafta utilizados, no tuvimos la posibilidad de grabarlos en ese momento, pero esto es lo que viene generando la policía apañada por el accionar desinformador de los medios. Nosotros vamos a seguir firmes con nuestro pensamiento, no vamos a claudicar, vamos a seguir resistiendo en nuestro territorio con nuestras familias, con nuestros niños y nuestras autoridades”, concluyó.

Comunicado desde el  <LAFKEN WINKUL MAPU LOF, TERRITORIO DE RELMU LAFKEN y WEICHAFE RAFAEL NAHUEL>

Expresamos:

Reseña. Hasta la llegada del jesuita Nicolás Mascardi, alrededor de 1670, al territorio Relmu Lafken, está tierra estaba habitada por diferentes Lofche, comunidades Mapuche, en la zona existió el gran Lonko Weichan LINKONAHUEL, más conocido por su incansable lucha en contra de los wingka que llegaron con el propósito de aniquilarnos.

Este territorio que abarcó desde el AMUNKAR conocido como Cerro Tronador hasta Nawel Wapi, estaba dividido sólo por accidentes naturales. Con la llegada de Mascardi, Guillelmo, su grupo de jesuitas acompañados por el ejército, llegó el cristianismo, la expropiación y el genocidio a esta parte del territorio. Hubo un gran weichan, una gran resistencia por parte de nuestros Kuifiche, muchos dieron la vida, autoridades Machi, Lonko, pichikeche, fvchakeche… La masacre se hizo inevitable.

Aun así, no lograron su objetivo completamente. Weichafe y kona seguían manteniendo firme la lucha, fue así que dos Peñi ajusticiaron a Nicolás Mascardi a orillas del Relmu Lafken, luego de estos sucesos nuestra gente vuelve a fortalecerse y sigue en territorio hasta la llegada del ejército Argentino en manos de Roca hacia 1890, quien llegó además nuevamente con la iglesia y Perito Moreno. Avanzaron con fusiles y Biblia en mano, regando otra vez de sangre nuestro territorio, asesinando comunidades enteras, sometiendo y esclavizando a innumerables cantidad de Peñi y Lamngen pu pichikeche, fvchakeche que fueron llevados a distintos campos de concentración arreados por largas distancias donde mucha de nuestra gente murió y otras fueron llevadas a las zonas más urbanas y ofrecidos como sirvientes, mano de obra, esclavizados.

Desde aquí empieza la complicidad de los medios de comunicación, en la época diarios como Clarín y La Nación donde se podía leer como suplemento » hoy reparto de indios». Grandes Lonko y su gente fueron ejecutados y otros tantos obligados a fuerza de tortura a rendirse ante el Estado Argentino, quienes ya se apropiaban de nuestro territorio.

En 1930 ya consolidado el Estado Argentino como estrategia para seguir ocultando la masacre crea el organismo llamado Parques Nacionales cuyo supuesto objetivo es proteger los lugares naturales. Varios años nos mantuvieron marginados en las periferias de las ciudades, amontonados en territorios reducidos e infértiles. Pero no lograron derrotarnos, con el tiempo fue retornando nuevamente la lucha. El Newen de LINKONAHUEL y todos nuestros kuyfi weichafe vuelve con fuerza a nuestra sangre, por lo tanto, nosotros retornamos a nuestra tierra, a nuestra vida Mapuche, NO SOMOS USURPADORES.

Los diferentes gobiernos de turno tanto nacional, provincial, municipal, comisiones de Fomento y Yanakona siguen históricamente coludidos con distintos medios de comunicación y con la iglesia, continúan aliados distorsionando y deslegitimando nuestra lucha. Claro ejemplo de ello fue la colaboración de la iglesia católica en su complejo de alojamiento «weche ruka» en noviembre de 2017, donde alojaron a unos 500 efectivos entre albatros y policía federal, quienes desde ahí hicieron inteligencia y entraron a nuestro territorio intentando desalojarnos y asesinando por la espalda a nuestro WEICHAFE RAFAEL NAHUEL.

La posición de nuestra comunidad sigue firme, sin reconocer al wingka ni como aliado, ni como amigo, la memoria de nuestros antepasados, la memoria de nuestro weichafe Rafael Nahuel, NO LA NEGOCIAMOS POR NADA, NI CON NADIE, ni mucho menos con algún político de turno. El control territorial y la autodefensa la llevamos adelante con firmeza guiados por nuestros Kuyfikecheiem, kuyfinewen y por nuestros pu lonko.

SOMOS LAFKEN WINKUL MAPU, comunidad que habita la tierra del lago y la montaña, nuestra identidad está conforme al territorio en que vivimos.

Lafken winkul mapu lof, territorio de RELMU LAFKEN, kuyfi lonko LINKONAHUEL y WEICHAFE RAFAEL NAHUEL IEM….

Sin dar ni un paso atrás las recuperaciones seguirán en todo el WallMapu.

Newentuaiñ kom pu Mapuchekeche.