Por Alejandro Maidana

Los conflictos de tierras en la Patagonia no cesan, el recupero de territorio ancestral sigue adelante y es la comunidad Lafken Huincul Mapu la que supo cobijar los sueños rotos de Rafael Nahuel, quién vuelve a ocupar la escena. Mientras el diálogo con el Ministerio de Seguridad de la Nación sigue adelante, en búsqueda de una salida no represiva, las presiones de los grupos «antimapuches» relacionados con el poder económico del lugar, no aminoran.

La tierra del antiguo comisario de la Gestapo nazi Erich Priebke, el terruño del fascista círculo alemán, ataca de nuevo, un renovado pacto de silencio entre aquellos que siguen soñando una Patagonia aria y libre de quienes la habitan hace siglos, los Aonikenk. Un renovado relato que, apoyado en el hombro de los medios hegemónicos, busca legitimar los negocios que buscan ser maquillados (otra vez) a través de la manipulación de la posverdad.

Pocos días atrás, la ruta 40 se vio plagada de quienes, resguardados por una historia escrita con la pluma de la hegemonía blanca, no dudaron a la hora de descargar su arsenal belicoso desde lo verbal. Una campaña al desierto tan vigente como deshumanizante, personajes de distintos pelajes pero con un mismo objetivo, exteriorizar su odio racial alimentando una vez más la figura del enemigo interno.

Son ellos, los mapuches, quienes lejos de mirar con ojos impertérritos a Joe Lewis o al patrón del sur, Luciano Benetton, los interpelan en la más solitaria soledad.

Un lugar que cobijó a criminales de guerra entre los 40 y los 50, hoy gracias a la complicidad de los oligopolios de comunicación, y un estado provincial siempre colaborativo al momento de avanzar desde lo represivo, busca seguir centrando la mirada en aquellos que solo propugnan retornar a sus ancestrales tierras arrebatadas, mientras que los negocios espurios avanzan sin restricción alguna.

> Te puede interesar: Joe Lewis fue beneficiado en una irregular causa por venta de tierras en la Patagonia

Son ellos, los mapuches, quienes lejos de mirar con ojos impertérritos a Joe Lewis o al patrón del sur, Luciano Benetton, los interpelan en la más solitaria soledad. Son ellos quienes se le plantan con la firmeza de un pehuén al extractivismo, que enfrentan a las corporaciones mineras que devoran los minerales y atentan contra la biodiversidad. Son ellos quienes saben del impacto de las hidroeléctricas en los ríos que surcan la Patagonia, son ellos que una y otra vez le dijeron NO al devastador fracking que procura Vaca Muerta. Son ellos los encapuchados.

¿Quiénes son Elsztain y Sutton, los vecinos de Villa Mascardi?

Elsztain es director empresarial del Hotel Llao Llao, que junto a Sutton quiere levantar un nuevo hotel lujoso de cinco estrellas en la zona. El grupo Burco, integrado por más de 20 socios de empresas anónimas de Bélgica, que se apropió ilegalmente de más de 24 hectáreas a valores irrisorios para proyectos vacacionales de lujo, entre otros proyectos.

También están involucrados Alfredo y Tomás Bertger junto a Nicolás Van Ditmar, este último representante de Lewis en la zona. Si bien es preciso destacar que fueron desestimados, estos nombres son los que pululan de manera incesante en todo lobby empresarial que emerja. Dentro de las propiedades está el cerro Carreras Nevado Mayor, está la división de las aguas con actividad glaciaria, las nacientes de los ríos Chubut, Pichi Leufu, Foyel y Villegas, reservas de agua dulce de los ríos, con especial interés hidroeléctrico.

Son tierras fiscales y de fronteras que no deben ser vendidas a extranjeros. Resulta increíble que haya una manifestación en contra de personas que no pueden resolver sus problemas habitacionales en la zona, pero no dicen nada del grupo Burco que se está quedando con las nacientes de las aguas de la zona.

Ojalá las personas que están defendiendo los intereses de estos extranjeros escuchen esta información y se den cuenta que si siguen avanzando nos van a vender el agua a todos.

Los otros vecinos que está cuidando Patricia Bullrich son de los Emiratos Árabes: del grupo Roemmers, empresarios de laboratorios químicos y farmacéuticas; Zorreguieta, la reina de Holanda, hija de un empresario que le fue muy bien cuando la dictadura más cruel pisaba fuerte en el país; el grupo Benetton, el grupo Lewis y, por último, Parque Nacionales.

> Te puede interesar: «El atentado contra mi persona está relacionado con la denuncia que le hice a Joe Lewis»

Todos estos nombres son grupos empresariales que rodean al Lafken Winkul Mapu y que también están instalados en las zonas de las comunidades de El Bolsón, en la Comarca Andina del paralelo 42.

Éstas son las personas que defiende Patricia Bullrich y que defienden los medios hegemónicos de comunicación, tanto nacionales como regionales. Lamentablemente, se sigue instalando el relato de estigmatización hacia el pueblo mapuche, se habla del mapuche como delincuente, terrorista, usurpador, cuando en realidad se están cuidando los intereses de estas empresas extranjeras.

Por eso es que tienen tanta capacidad de movilización, y ojalá las personas que están defendiendo los intereses de estos extranjeros escuchen esta información y se den cuenta que estos extranjeros, si siguen avanzando, nos van a vender el agua a todos. El trabajo fue realizado por Pu Lamien Fta Willi Mapu, una minuciosa investigación desestimada por la enorme mayoría de los medios de comunicación afines al poder real.

La subcultura dominante sigue marginando a los verdaderos dueños de esas latitudes. Arrabales sureños con un clarísimo tinte fascista, la Bariloche aria que ha empujado a los mapuches a engordar las enormes villas miserias de los altos, pretende continuar respirando aires europeos en tierras regadas con sangre de los pueblos, que sigue oprimiendo. Y vos, ¿de qué lado de la historia te ubicás?