Los concejales mantienen reuniones a esta hora para intentar llegar a consensos que permitan la sanción del nuevo Código de Convivencia que será tratado este jueves en el recinto. El paso previo necesario para llegar a la votación es lograr una redacción que al menos consiga que los distintos bloques lo aprueben en general, con posibles discusiones en algunos temas particulares. El oficialismo está confiado en que saldrá por unanimidad, pero los otros espacios plantearán debates hasta último momento.

«Estuvimos trabajando toda la semana pasada, y esta también, en devoluciones que los bloques nos hicieron respecto del borrador al que llegó a la Comisión de Gobierno. Incluso trabajamos hasta ayer la madrugada. Ahora continuamos. Hoy se va a tratar en el recinto», contó la presidenta del cuerpo legislativo local, María Eugenia Schmuck, en conversación con Conclusión.

La Comisión de Gobierno es el paso previo que el borrador debe pasar antes de convertirse en una redacción final que pueda ser tratada en el recinto por la totalidad de los ediles que habitan el Palacio Vasallo.

La iniciativa ingresó al Palacio Vasallo en abril pasado. Es un proyecto de más de 300 artículos, cantidad que demanda mucha discusión para lograr acuerdos generales. La presidenta del cuerpo, igualmente, no considera que haya grandes impedimentos para lograr consenso y la consecuente aprobación por unanimidad. Sin embargo sí reconoce que hay temas que demandan un especial detenimiento.

«Calculamos que en el día de hoy, más allá de las diferencias, tendremos por mayoría estos temas resueltos. Estamos convencidos de que va a salir un buen código. La verdad que va a ser fruto de los aportes de todos los bloques del Concejo»,  sostuvo Schmuck, quien al momento de enumerar algunos de estos puntos en discusión, nombró el tema de los cuidacoches; la imputabilidad de los menores; o la posibilidad de que los vecinos aporten fotos, videos y demás material para juzgar multas.

Puntualmente sobre el tema de cuidacoches, la máxima autoridad del Concejo relató a principios de semana: «Desde el Ejecutivo planteamos al posibilidad de contar con la figura de la extorsión. De esa manera la Municipalidad podría tomar cartas en el asunto. Hoy no tenemos la posibilidad de hacerlo porque es un delito únicamente penal. Queremos que sea una falta. En ese escenario, tenemos una discusión que va desde aquellas posturas que plantean regularlos y otros que los quieren prohibir. Estamos trabajando para ver si podemos encontrar acuerdos».

DISCUSIONES CENTRALES

Si bien desde el oficialismo están confiados y con la expectativa de lograr una sanción por unanimidad en lo general, hay temas que son bastante centrales e importantes para algunos de los bloques, al punto que los votos de esos espacios van a estar condicionados a qué nivel de aceptación tenga el Ejecutivo de incluir esos aportes en el proyecto final del Código de Convivencia.

Uno de los temas importantes está vinculado a cómo se constituye la Justicia de Faltas. Las posiciones en pugna son al menos dos. Una -sostenida desde Cambiemos- defiende que la designación de los jueces de la Justicia de Faltas sea similar a la de los magistrados del fuero judicial. Esto tiene su foco en la proyección de un futuro autonómico de la ciudad. «De esa forma la Justicia de Faltas sería lo más parecido posible a la Justicia de una ciudad autónoma», explicaron fuentes del Concejo a este medio.

También hay una discusión en relación a la edad. Parte de que el proyecto original del Ejecutivo planteaba que los menores de edad podrían llegar a ser sancionados como infractores. Para algunos bloques, esa normativa sería directamente «una barbaridad». Entienden que hasta los 16 años, los responsables por sus daños deben ser siempre los padres. En el caso de aquellos de 16, además de la multa a cobrar a quienes estén a cargo o la exigencia de reparación del daño, sí podría establecerse alguna cuestión formativa, como un ejercicio de ciudadanía en el que los adolescentes hagan alguna acción solidaria en concepto de reparación del daño que generen.

Otro de los puntos de debate está puesto en los juzgados vecinales. El Ejecutivo plantea su composición a través de voluntarios que primero se inscriban y luego sean seleccionados mediante un sorteo. La posición de otros espacios con representación en el Palacio Vasallo es contraria. Su propuesta es que sea una carga pública asignada al azar, como pasa con las autoridades de mesa en las elecciones. De esta manera no quedaría librado a que se presenten personas que desean ser jurados.

Este mismo jueves se están haciendo modificaciones que demandan profundas discusiones. El día, aseguran desde el Concejo, será largo para llegar a una redacción final.