Un estudio de la Fundación Directorio Legislativo indica que Elisa Carrió, socia estratégica de Mauricio Macri, fue quien más jugo le sacó en los últimos años. Quedó al frente del ranking en 2017, junto al sindicalista peronista Alberto Roberti: sumaron un adicional por canje de 355 mil pesos. En 2015 y 2016, la diputada de la Coalición Cívica había figurado en el “top five”, que en el primer caso encabezó el kirchnerista Héctor Recalde y en el restante Carlos “Cuto” Moreno, otro ultra K.

El río revuelto que provocó la difusión del informe intentó ser aprovechado por un pescador de centroderecha, Fernando Iglesias, y por otro de izquierda, Néstor Pitrola. El nuevo diputado del PRO dejó expuesta a su antigua jefa política, al anunciar públicamente su decisión de renunciar al canje de pasajes. El referente del Partido Obrero echó a rodar la versión de un supuesto diálogo en el que Carrió le explicaba que necesitaba recurrir al sobresueldo porque “no le alcanzaba para pagar la tarjeta de crédito”.

Lo cierto es que, según el relevamiento de Directorio Legislativo, ninguna bancada quedó exenta de meter mano en los pasajes como fuente de financiamiento. “Son sólo 4 de los 257 diputados los que durante todo 2017 no canjearon pasajes en dinero en efectivo”, afirma el estudio. Y enumera a los autoexcluidos: Nathalia González Saligra (PTS-provincia de Buenos Aires), Daniel Kornenberg (UCR-La Pampa), Orieta Vera González (Coalición Cívica-Catamarca) y Sergio Wisky (PRO-Río Negro).
Con todo, el Presidente también quiso montarse en la polémica para cobrarse una cuenta pendiente. Al censurar el canje de pasajes por efectivo , definiéndolo como “querer disfrazar algo de otra cosa”, envió por elevación un mensaje contra Monzó, Carrió y el resto de los referentes parlamentarios de Cambiemos que suelen reclamar el manejo de una estrategia autónoma.