El periodista Hugo Alconada Mon declaró ante el juez Ernesto Kreplak en la causa por los aportes truchos de Cambiemos y dio detalles del dinero negro, el uso de cuevas financieras, y el transporte de fortunas en aviones y camiones para financiar la campaña.

Lo primero que le preguntó el juez es sobre su trabajo de investigación en el libro “La raíz de todos los males” en el cual revela el financiamiento de Cambiemos. “¿Ratifica lo manifestado en las páginas 37 y 42 de su libro ‘La raíz de todos los males’, en relación a las reuniones en el marco de las cuales Mauricio Macri pidió a diversos empresarios el 1% de sus respectivos patrimonios, en negro, para financiar su campaña electoral?”.

A esta pregunta, Alconada Mon respondió: “sí, lo ratifico”.

En la declaración a la que accedió Diario Pulse, el periodista brindó más detalles y se refirió al rol de Nicolás Caputo: “Esos eventos ocurrieron desde mediados del 2014, ya lo largo de todo el 2015, una vez que el entonces Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, anunció su candidatura a Presiente de la Nación. A partir de ese momento, montó un equipo de campaña con varios referentes para el eje político, marketing y financiamiento electoral, quedando este último eje bajo el liderazgo de Nicolás Caputo y Edgardo Cenzón. Estos dos referentes coordinaron un equipo abocado a recaudar fondos que terminaron superando los mil setecientos sesenta millones de pesos, apoyado en la recaudación que obtuvieron de medianos y grandes empresarios, aportes de funcionarios y militantes, y en un determinado momento, un adelanto financiero del propio Nicolás Caputo, cuando las encuestas mostraban tercero a Macri”.

“Entre los empresarios que aportaron fondos aparecen empresas constructoras, empresas de seguridad privada con contratos vigentes o ya vencidos con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como así también algunos de los empresarios que figuran hoy en la causa “cuadernos de la corrupción”, al igual que cámaras sectoriales, como CILFA (Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos)”, continuó.

También dio nombres de las empresas y sus representantes que participaron de las reuniones. Para sorpresa, aparece la firma Odebrecht. “Múltiples empresas que aportaron fondos a la campaña blanquearon al menos parte de esos aportes en las cenas a beneficio de la campaña que organizó Cambiemos. Un ejemplo específico que recuerdo es el de Brasken, que es una empresa en parte controlada por Odebrecht, la constructora brasileña, que aportó fondos a la campaña y envió a empleados y ejecutivos de mediano rango de su filial en la Argentina, para no dejar vacía la mesa durante el evento”.

“Del mismo modo recuerdo que el aporte de CILFA en particular fue fruto de toda una negociación previa e intentos por acercar al entonces candidato Macri con el sector, negociación que tomó semanas y, al menos, tres reuniones previas. Recuerdo también, respecto de los aportes de los propios funcionarios y militantes de Cambiemos, que varios aportaron de manera voluntaria, pero también otros se vieron sorprendidos cuando sus nombres aparecieron como supuestos contribuyentes”.

Aquí menciona el caso de un candidato de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires. “Entre ellos, el entonces candidato a intendente por Cambiemos en Ituzaingó, Osvaldo Marasco, quien me comentó que presentó su lista de candidatos a concejales y consejeros escolares y descubrió después que la usaron completa para dibujar aportes. Recuerdo, por ejemplo, que a él lo hicieron figurar con una supuesta donación de $50.000, que él jura que jamás hizo. También me comentó que algunos consejeros escolares aparecían con donaciones de $38.000, que él me indicaba que era imposible porque él hasta les daba dinero para el colectivo y que incluso hubo un quinto candidato a concejal en Ituzaingó que en su lista apareció con el apellido mal escrito y así apareció también, mal escrito, como supuesto aportante”.

Ese supuesto aportante se trata de Sergio Crego, quien fue candidato a concejal por Cambiemos en Ituzaingó, puesto que ocupó durante poco más de un año en reemplazo de un colega. Lo hicieron figurar como “Greco” pero con su DNI y un aporte de 38.000 pesos que él negó como así también a su esposa, también candidata, Paula Traverso, que tampoco aportó.

Luego explicó ante el magistrado cómo se habrían hecho los pagos. “Con respecto a los aportes en efectivo, recuerdo que uno de los mayores problemas que tuvieron todos los equipos de campaña es que las donaciones se entregaban en dólares, y siendo aportes clandestinos, debían recurrir a cuevas financieras, lo cual llevaba a otra dificultas, porque no en todas las provincias contaban con cuevas financieras de confianza y liquidez suficiente para cambiar los montos requeridos, lo cual llevó a su vez a los equipos de campaña a la necesidad de transportar fortunas en efectivo, en avión o en camionetas por todo el país”.

También habló de la bancarización trucha de los aportes, tema que salpica la campaña de Cambiemos en Provincia. “En cuanto simular la bancarización, significa un truco por el cual los equipos de campaña repartían fondos entre militantes y voluntarios para que se presentaran en los bancos, los depositaran como propios, en ciertos casos a cambio de una comisión, y transfirieran esos fondos a la campaña”.

En este punto, ratifica que la tarea de recaudación de fondos para las elecciones presidenciales de Macri, estuvo a cargo de Caputo. “Esto es, coordinar encuentros con empresarios, coordinar las formas de pago, repasar las lista de empresarios que debían contactar, tanco con Mauricio Macri, como con otras figuras del PRO, para luego girar esos ingresos a otra área del equipo de campaña que se abocaba a los gastos de campaña. En este sentido, su principal colaborador era el entonces ministro porteño Edgardo Cenzón, quien se encargaba de los detalles operativos”.

Como distribuidor de dichos fondos, Alconada Mon menciona al actual jefe de Gabinete, Marcos Peña. “Los fondos pasaron pasaban a manos de otro sector del equipo de campaña, abocado a definir los gastos proselitistas, sector en el cual estaban, entre otros, Marcos Peña, Jaime Durán Barba y otros referentes”.

Para financiar sus campañas, el oficialismo usó también las fundaciones, figuras jurídicas utilizadas como “un canal para receptar dinero, con menos controles y su posterior gasto en la campaña”.

“Esas fundaciones se beneficiaban por los muy magros controles y auditorias, al punto que nos resultó imposible acceder a sus registros de donantes. Recuerdo en particular el caso de la Fundación SUMA, en la cual figura la actual vicepresidenta Gabriela Michetti, que dijo haber sufrido un robo que no denunció durante semanas y que incluía entre sus donantes a algunas de las empresas más importantes de la Argentina, como Techint y Panamerican Energy, y algunas de las empresas con mejor relación con el gobierno porteño, como la constructora CRIBA”.

El equipo de recaudació de María Eugenia Vidal era el mismo que se utilizaba para la campaña Macri Presidente. “Por lo que tengo entendido, durante la campaña de 2015, el equipo de campaña nacional, es decir, el que estaba abocado a la candidatura de Macri, también se encargó de gestionar la recaudación, los gastos y la gestión de la campaña por la gobernación bonaerense de María Eugenia Vidal, mientras que en otras provincias dependía de la situación concreta y las alianzas específicas con los aliados locales. Distinto fue el caso en 2017, cuando fue un equipo abocado específicamente a la provincia de Buenos Aires, en el cual no participaron ni Caputo ni Cenzón, entre otros, y algunas figuras que durante 2015 habían estado en un segundo o tercer plano asumieron otra preponderancia, como ocurrió, por ejemplo, con María Fernanda Inza”

Según la información aportada al expediente judicial por el testigo, la campaña bonaerense de Cambiemos “destinó 26 millones de pesos al pago de fiscales y que para distribuir esa fortuna utilizaron dos docenas de bolsos, todos idénticos, todos negros y comprados sobre la avenida Cabildo de la ciudad de Buenos Aires”.

Esa plata era parte de los fondos las donaciones de los empresarios que tuvieron lugar en 2015, cuando Cenzón y Caputo estaban a cargo.

La distribución de los bolsos se hizo “en varias camionetas que salieron hacia distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, donde fueron recibidas por los responsables distritales de la campaña, que a su vez se encargaron de su distribución entre fiscales, fiscales generales y otros”.