El papa Francisco denunció hoy que la trata de personas marca «el poder del género masculino sobre el femenino» incluso «en un alto nivel», al publicar un videomensaje en ocasión de la VIII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de personas.

«La trata de personas, a través de la explotación doméstica y sexual, reentrega con violencia a mujeres y niñas en su supuesto papel de subordinadas a la prestación de servicios domésticos y sexuales», criticó el pontífice en el mensaje dado a conocer por el Vaticano.

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En el video, Jorge Bergoglio denunció además que la trata de personas da a mujeres y niñas un «papel como proveedoras de cuidados y dispensadoras de placer, que vuelve a proponer un patrón de relaciones marcado por el poder del género masculino sobre el femenino».

Según el Papa, esa situación se da «incluso hoy, y en un alto nivel».

La trata de personas es violencia

Para el pontífice, «la violencia que sufre toda mujer y todo niño es una una herida abierta en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo de toda la humanidad, es una herida profunda que concierne también a cada uno de nosotros».

«Hay muchas mujeres que tienen el coraje de rebelarse contra la violencia. Nosotros los hombres también estamos llamados a hacerlo, a decir no a toda violencia, incluida la que se ejerce contra las mujeres y las niñas», convocó el Papa.

«Juntos podemos y debemos luchar para que los derechos humanos se expresen de una forma específica, en el respeto a la diversidad y en el reconocimiento de la dignidad de cada persona, teniendo en el corazón de una manera particularmente aquellos que son vulnerados en sus derechos fundamentales», añadió Bergoglio.

En su mensaje, continuación conceptual de las denuncias sobre el tema que ya esbozaba en su época de arzobispo porteño, el Papa invitó a reflexionar sobre «las múltiples formas de explotación» de mujeres y niñas, como «matrimonios forzados, esclavitud doméstica y laboral»: «Las miles de mujeres y niñas que son víctimas de la trata cada año denuncian las dramáticas consecuencias de modelos relacionales basados ​​en la discriminación y la sumisión», destacó Francisco.

En esa línea, el Papa sostuvo que «la organización de la sociedad en todo el mundo aún está lejos de reflejar con claridad el hecho de que las mujeres tienen la misma dignidad y los mismos derechos que los hombres».