El papa Francisco reiteró la “firme convicción” de la Santa Sede, que el uso de armas nucleares es un crimen contra la humanidad y que socava cualquier futuro posible para nuestra casa común. En una carta dirigida al obispo de Hiroshima, donde comenzó el viernes la Cumbre del G7 de las naciones más ricas del mundo, el Papa dijo que reza para que la Cumbre demuestre «una visión de futuro para sentar las bases de una paz duradera y estable y seguridad sostenible a largo plazo”.

Al señalar que los líderes del G7 están reunidos para discutir “problemas urgentes que enfrenta actualmente la comunidad mundial”, el Papa aseguró al obispo Alexis-Mitsuru Shirahama de Hiroshima su cercanía espiritual y oraciones “por la fecundidad de la Cumbre”. “

Además, destacó la importancia de Hiroshima como opción para la reunión “a la luz de la continua amenaza del recurso a las armas nucleares”.

“Recuerdo la impresión abrumadora que dejó mi conmovedora visita al Monumento a la Paz durante mi visita a Japón en 2019”, dijo, cuando estuvo “allí en oración silenciosa y pensando en las víctimas inocentes del ataque nuclear hace décadas”.

En aquella ocasión, reiteró la firme convicción de la Santa Sede de que “el uso de la energía atómica con fines bélicos es, hoy más que nunca, un crimen no sólo contra la dignidad del ser humano, sino contra cualquier futuro posible de nuestra Casa Común”.

Francisco reflexionó sobre cómo, hoy, miramos con preocupación el futuro, particularmente a raíz de la pandemia mundial y las guerras continuas en varias regiones, incluida la guerra que se libra en Ucrania.

“Los acontecimientos de los últimos años dejaron en claro que sólo juntos, en fraternidad y solidaridad, nuestra familia humana puede buscar sanar las heridas y construir un mundo justo y pacífico”, escribió. Agregó, “solo juntos, en fraternidad y solidaridad, nuestra familia humana puede buscar sanar las heridas y construir un mundo justo y pacífico”.

Al llamar a Hiroshima “un símbolo de la memoria”, dijo que “proclama enérgicamente la insuficiencia de las armas nucleares para responder de manera efectiva a las grandes amenazas actuales a la paz y para garantizar la seguridad nacional e internacional”.

Francisco hizo un llamado a la consideración del “catastrófico impacto humanitario y ambiental que resultará del uso de las armas nucleares, así como el derroche y la mala asignación de los recursos humanos y económicos involucrados en su desarrollo”.