El papa Francisco visitará Canadá a fines de julio en el que será su segundo viaje internacional del año y que estará centrado en el pedido de perdón a los representantes de los pueblos indígenas Inuit, Métis y First Nations por los diversos tipos de abusos sufridos en internados gestionados por instituciones cristianas desde fines del siglo XIX hasta la década de 1980.

«Pido perdón a Dios» y «me uno a mis hermanos obispos canadienses para ofrecer disculpas», les dijo el Papa argentino a representantes de los tres pueblos que lo visitaron en Roma a inicios de abril en lo que fue un anticipo del pedido de disculpas y fuerte autocrítica que se espera que haga al visitar el país norteamericano entre el 24 y el 29 de julio.

La visita de Jorge Bergoglio, durante la que el pontífice recorrerá 19.246 kilómetros para visitar las ciudades de Edmonton, Quebec e Iqaluit, había sido uno de los 94 puntos que, en 2015, reclamó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación que, con participación indígena y de sobrevivientes, instituyó el Gobierno canadiense para documentar la historia de sufrimientos en los internados cristianos.

El sistema de internados para niños y niñas de los pueblos Inuit, Métis y First Nations entre otros estuvo oficialmente vigente en Canadá desde 1883, cuando se dispuso la creación del sistema de escuelas que buscaba asimilar a los habitantes aborígenes a los usos y costumbres de la sociedad cada vez más europeizada que crecía en Canadá, aunque hay registros de establecimientos en funcionamiento ya desde 1831. A partir de 1920, la asistencia de los indígenas de 7 a 16 años se hizo obligatoria.

Desde su instauración, buena parte de los 139 internados por los que pasaron unos 150.000 estuvieron en manos de instituciones cristianas, al punto que el ex vocero papal, Federico Lombardi, calculó en un artículo reciente en la revista La Civiltà Cattolica que llegó a haber 50 internados manejados por congregaciones de la Iglesia.

Los internados funcionaron hasta 1996, cuando cerró la Gordon’s Residential School de Punnichy, Saskatchewan, la última instalación administrada por el gobierno federal canadiense y que puso fin a más de un siglo de abusos.

«He recibido, con una gran tristeza en el corazón, los relatos de sufrimientos, privaciones, tratos discriminatorios y diversas formas de abuso sufridos por varios de ustedes, especialmente en los internados», les reconoció el Papa a los líderes indígenas al recibirlos en abril.

Si bien en sus actividades el Papa tendrá además contacto con representantes mestizos y de grupos menos numerosos, las reuniones del pontífice estarán centradas en los Inuit, Métis y First Nations.

Los First Nations, o «Primeras Naciones», representan a los grupos, o «bandas», que estaban presentes en el territorio antes de la llegada de los europeos y en la actualidad reúne a unos 634 grupos que manejan 50 lenguas.

En 2016, un censo realizado por los pueblos indígenas cifró su población total en 977.230 personas en todo el país, principalmente en el oeste.

Otro de los grupos principales son los Métis («mestizos»), nacidos del encuentro entre los indígenas y la primera oleada de inmigración europea, que hace seis años atrás alcanzó las 587.545 personas.

El tercer pueblo, los Inuit, corresponde a los habitantes de la parte nórdica del país, casi en el Círculo Polar, al punto que muchos de sus 65.025 habitantes se reconocen también como esquimales.

«Hacemos un llamado al Papa para que emita una disculpa a los sobrevivientes, sus familias y comunidades sobre el papel de la iglesia católica romana en el abuso espiritual, cultural, emocional, físico y sexual de los niños First Nations, Inuit y Métis en escuelas residenciales dirigidas por católicos», había reclamado la comisión de reconciliación en 2015, con la exigencia de que la disculpa sea «hecha por el Papa en Canadá».

En ese marco, apenas confirmado el viaje de fin de mes y tras el pedido de perdón de inicios de abril, el premier canadiense Justin Trudeau dijo que «la visita de Su Santidad no sería posible sin la valentía y la determinación de los sobrevivientes, los líderes indígenas y los jóvenes que compartieron sus historias».

En junio de 2021, al conocerse la aparición de una fosa común con 215 cuerpos de niños en una de los internados, el Papa había lamentado «el triste descubrimiento aumenta aún más la conciencia de los dolores y sufrimientos del pasado», pidiendo «que las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan trabajando juntas con determinación para arrojar luz sobre esa triste historia y comprometerse humildemente por un camino de reconciliación y sanación».

Bergoglio, de 85 años, hará a Canadá su segundo viaje internacional del año, tras visitar Malta a inicios de abril y luego de haber tenido que posponer sin fecha a causa del tratamiento para el dolor en su rodilla derecha una visita a República Democrática del Congo y Sudán del Sur prevista para comienzos de julio.