En Garabandal la Virgen María reforzó la doctrina católica sobre el Purgatorio y las Almas del Purgatorio confirman a Garabandal.

Las almas del Purgatorio visitan la Tierra con permiso especial de Dios para pedir oraciones, misas y sacrificios, para poder ascender rápidamente al Cielo. También lo hacen para cumplir alguna misión.

Ellas le explicaron a la mística María Simma sobre cómo el Cielo reforzó la doctrina tradicional del Purgatorio en las Apariciones de Garabandal; doctrina que estaba siendo cuestionada en la Iglesia.

Además le indicaron la veracidad de la profecía de Nuestra Señora en Garabandal, sobre la eminencia del Aviso para iluminar la conciencia de los seres humanos y que vuelvan a Dios.

Aquí se habla sobre las revelaciones que recibió María Simma sobre Garabandal a través de las Almas del Purgatorio que la visitaron.

Se dice que los sufrimientos de los sentidos y por las pérdidas, que suceden en el Purgatorio, sobrepasan todos los sufrimientos humanos.

Pero también Santa Catalina de Génova, ha dicho que no hay felicidad comparable a la del alma en el Purgatorio, excepto las de los santos en el Cielo. Porque su felicidad reside en que están seguros de que no pueden perderse.

Las almas del purgatorio no quieren volver a la Tierra porque la consideran como un sitio de oscuridad, donde el alma se puede perder. Mientras que allí, incluso si tuvieran que sufrir muchos años, saben con certeza absoluta que irán al Cielo.

Sin embargo estas enseñanzas de la Iglesia tuvieron un fuerte empuje erosionador debido a las polémicas que se suscitaron alrededor del Concilio Vaticano II, que funcionó desde 1961 a 1965, superpuesto a las Apariciones de Garabandal.

María, el Rosario, la Eucaristía y el sacerdocio fueron, con mucho, los puntos que sufrieron el mayor ataque en las discusiones del Concilio.

el Purgatorio y el Infierno también sufrieron ataques por parte de algunos que desarrollaron nuevas formas de pensar.

Pero Dios anticipó esa erosión y dio el remedio a Su Iglesia a través de los mensajes de Garabandal.  Allí ocurrieron más de 2.000 apariciones entre mediados de 1961 y finales de 1965 a cuatro niñas.

Los mensajes dados directa o indirectamente en estas apariciones, dieron la respuesta a los problemas que comenzaron a preocupar a la Iglesia debido a la prédica de los modernistas.

Estos puntos atacados de la doctrina católica fueron enunciados en Garabandal de una manera u otra. Dios, a través de María, quiso transmitir la necesidad de mantener las convicciones y creencias tradicionales, y mantener las prácticas religiosas que hasta ese momento se practicaban.

El mensaje sobre el Purgatorio fue dado en Garabandal indirectamente a través de las propias acciones de las niñas.

Fue una lección comunicada no a través de palabras, sino a través de acciones, que se veían en la práctica en ese momento.

Nuestra Señora a menudo guiaba a las videntes en estado de éxtasis a orar por las Almas del Purgatorio. En el mensaje estaba Implícitamente la enseñanza de que todas las almas que son salvas no van directa o inmediatamente al cielo.

Algunas de ellas no están listas para ver a Dios y deben ser limpiadas, haciendo así la expiación por sus pecados en un lugar intermedio, que llamamos Purgatorio, o sea un lugar de purga.

también hubo una referencia directa al Purgatorio en Garabandal, que tiene que ver con los artículos besados por la Santísima Virgen durante los eventos. Nuestra Señora le dijo a Conchita que aquellos que los usaran con fe y confianza harán su Purgatorio en la Tierra.

La oración por las Almas del Purgatorio era habitual en Garabandal desde tiempo inmemoriales.

Al anochecer, una mujer recorría las calles, según una vieja costumbre, tocando una campanilla, para invitar a los vecinos a rezar por las Almas del Purgatorio.

Las visitas de las niñas al cementerio en éxtasis y el rezo por los familiares difuntos cuando visitaban las casas, fueron frecuentes durante las Apariciones.

Nuestra Señora confirmó este hábito de orar por las almas, cuando Ella misma guiaba a las niñas en estado de éxtasis.

Las conducía al cementerio de la aldea, solas o acompañadas por otras personas. Y esto sucedía más a menudo durante el mes de noviembre que en otras épocas del año.

La gente de Garabandal no tenía la costumbre de visitar a sus familiares fallecidos en los cementerios. Normalmente, los aldeanos tenían miedo de entrar en el cementerio, hasta las apariciones, pero la Santísima Virgen dirigía a las videntes rezando el Rosario, en éxtasis, hasta el cementerio y los aldeanos que las seguían en esas ocasiones, no tenían miedo.

Si bien como regla general, las chicas no entraban al cementerio, algunas veces entraban y rezaban sobre cada tumba. Casi siempre se quedaban fuera de los barrotes de la puerta principal del cementerio, que está situado en una parcela de tierra un poco alejada del pueblo.

Lo habitual era que fueran al cementerio cantando y  allí recitaran un misterio del rosario de rodillas. Y luego en la puerta, Conchita u otra de las videntes estiraba su brazo a través de los barrotes con el crucifijo en su mano.

Parecía que ella lo ofrecía para que lo besaran los difuntos que estaban en las tumbas. Lo ponían más arriba y más abajo, como si las almas difuntas e invisibles a las que daban a besar el Crucifijo, tuviesen alturas diferentes. Era una experiencia conmovedora, incluso para los corazones más duros.

Incluso una vez, cuando Conchita había terminado y se había alejado unos cincuenta metros hacia el pueblo, se volvió al Cementerio, introdujo la mano entre las rejas y lo dio a besar nuevamente, como hubiera alguno que al principio no quiso besar el crucifijo, o como si algún otro difunto se hubiera retrasado para besarlo.

cuando entraban, iban de tumba en tumba recordando milagrosamente quien estaba en cada una. 

En noviembre recorrían hasta cinco veces el pueblo orando, llevando detrás a la multitud y recalaban ante las puertas del cementerio, para rezar por las almas del Purgatorio.

Otras veces las niñas, en éxtasis, tenían la costumbre de ir a llevar el Crucifijo a las personas enfermas y ancianas.

Cuando uno era muy anciano o estaba ya para morir o estaba muy enfermo, iban a la casa por la noche y rezaban dos o tres Rosarios con él.

Lo mismo hacían frente a fotografías de fallecidos y sobre las camas de los que vivían en las casas.

Finalmente, después de una última vuelta alrededor de la iglesia, se detenían ante sus puertas y empezaban a alzarse la una a la otra, para recibir el beso de despedida de la Virgen y darle también el suyo.

¿Y las almas del Purgatorio que visitan la Tierra han dicho algo sobre las apariciones de Garabandal y sobre los eventos que Nuestra Señora profetizó allí?

A María Simma, la mística que recibía frecuentes visitas de estas pobres almas, le han dicho que va a pasar algo verdaderamente importante en la Tierra y que está a las puertas. 

Ella dice que durante muchos años le decían que estaba “delante de la puerta”, pero desde mayo de 1993 han usado la expresión “está a las puertas”. Y que será algo para la conversión de la humanidad.

Le hablaron que Aviso para iluminar las conciencias, profetizado por Nuestra Señora en Garabandal, vendrá de Dios y será para la conversión de todos. 

Dios dejará muy clara su existencia pero, aun así, no todos convertirán sus corazones hacia Él. Le dijeron que el siglo XX no puede compararse a ningún otro siglo en cuanto a apostasía, falta de misericordia y de oración. 

Y esto se debe a que el demonio ha estado muy activo, porque sabe que un gran evento está por ocurrir y que servirá para la conversión de la humanidad. Satanás sabe que pronto se debilitará notablemente y él siempre da su grito más fuerte antes de ser derrotado.

Además las almas del Purgatorio le comentaron que la Iglesia se encuentra en el peor estado de su historia. Habrá un gran cambio, que podría llamarse purificación.

Pero también le informaron que la situación mejorará después, y que hay que tener esperanza.

Las Almas del Purgatorio le dijeron que hay muchos sacerdotes, obispos y cardenales en el Purgatorio y también que otros se han perdido para siempre en el infierno. 

Y le han dicho que son los sacerdotes los que más responsabilidad tienen de la actual situación de la Iglesia.

Las Almas del Purgatorio le han dicho que nunca antes, en la historia de la Iglesia, ha estado en tan mal estado como hoy en día.

En todas partes reina el pecado de apostasía, y es a los sacerdotes a quienes se los considerará más responsables de ello.

En lugar de rezar y enseñar la Palabra, parece que corren de un lugar a otro estudiando psicología, oratoria, contabilidad o lo que sea, aprendiendo cómo acercarse a su público.

Son ellos los que deben mostrar al pueblo cómo acercarse a Jesús y a María a través de la oración, y no tratar de aprender ellos mismos para ajustarse a esta sociedad tan secularizada.

Las niñas de Garabandal habían señalado que, antes de que llegue el Aviso, la Iglesia tendría que pasar por una dura prueba.

En la que se unirían factores externos como la persecución, y factores internos como crisis de fe, y que daría la impresión de que la Iglesia estaría a punto de perecer.

Las almas también dijeron que debemos rezar por Estados Unidos porque lo que está a las puertas lo afectará.

Bueno, hasta aquí sobre las revelaciones relacionadas con el Purgatorio en las apariciones de Garabandal y la corroboración de su veracidad, por las Almas del Purgatorio que visitan la Tierra.