Según la investigadora y abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, católica en el exilio, la policía acudió a varias parroquias de Nicaragua, para informar a los sacerdotes que esas manifestaciones debían permanecer dentro de los terrenos parroquiales. Los clérigos habrían sido amenazados con prisión si no respetaban esa prohibición.

Esos pesebres vivientes, llamados “posadas” en Latinoamérica, son representados por niños disfrazados durante nueve días (en referencia a los nueve meses de embarazo de la Virgen María), los cuales van a tocar la puerta de ciertas casas, designadas como posadas para pedir refugio, así como la Sagrada Familia buscaba un lugar donde quedarse. Una vez dentro, los niños se reúnen alrededor del pesebre para rezar y cantar villancicos.

Autora del informe «Nicaragua: una iglesia perseguida», Martha Patricia Molina considera que 2023 es “el año en el que hubo más ataques contra la Iglesia católica en los últimos cinco años”.

Entre abril de 2018 -año de represalias masivas contra opositores al régimen de Ortega- y marzo de 2023, se prohibieron más de 3.000 actividades religiosas (como las procesiones, por ejemplo), según el informe.

En 2023, se registraron 275 ataques contra la Iglesia. Entre ellos, se cuentan el encarcelamiento de monseñor Rolando Álvarez, la expulsión de sacerdotes y de comunidades religiosas, el congelamiento de cuentas bancarias de parroquias y diócesis, el cierre de universidades católicas.

Los tradicionales pesebres vivientes representados para los niños nueve días antes de Navidad, que solían tener lugar por las calles nicaragüenses, este año estarán ausentes y sólo podrán realizarse en las iglesias.

Los ejemplos de persecución contra la comunidad católica son hoy legión, hasta el punto de que las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Nicaragua se han deteriorado bruscamente, provocando incluso la salida del encargado de negocios del Vaticano en Nicaragua, monseñor Marcel Mbaye Diouf, el 17 de marzo de 2023. La causa de tal actitud implacable contra los católicos del país radica en el hecho de que el régimen sandinista ve a la Iglesia como un importante apoyo de sus oponentes políticos.

El aumento exponencial de los actos anticatólicos ha colocado a Nicaragua, por primera vez, en el Índice Global de Persecución 2023 de la ONG protestante “Puertas Abiertas”. América Latina se convierte así en la región del mundo donde más ha aumentado la persecución a los cristianos en 2023.