Una de las profecías centenarias del catolicismo sostiene que en algún momento de la historia el mundo tendrá tres días de oscuridad, lapso en el cual Dios se deshará de los seguidores del diablo. En esta lucha, las velas adquirirán una importancia destacada: serán el elemento con el que los fieles se protegerán de los espíritus malignos. Sin embargo, cada 2 de febrero es necesario bendecir estas fuentes de iluminación.

Para estar a salvo de esa limpieza, los fieles deberán prender velas durante los tres días de oscuridad, además de realizar varias oraciones. Para que las velas cumplan su fin llegado los tres días de oscuridad, cada 2 de febrero las mismas deben ser bendecidas, para que se conserve su protección.

“Cualquier vela bendecida sirve, pero especialmente las bendecidas durante la celebración del 2 de febrero”, destacaron especialistas religiosos. En esta fecha se celebra la Fiesta de la Candelaria y la Presentación del Niño Jesús, una ocasión óptima para la bendición de velas.

¿Cómo serán los tres días de oscuridad?

Según la profecía, en los tres días de oscuridad no habrá ninguna luz sobre la Tierra, y los espíritus malignos asolarán el planeta.

Antes de ingresar en este período de limpieza de la maldad, se prevé que habrá una “tremenda agitación natural y será una noche de temperaturas frías”, según expertos católicos. En este sentido, no se descarta que haya rayos y truenos más fuertes de lo común, e incluso terremotos.

Al día siguiente el amanecerá como cualquier otro día, pero a media mañana la luz solar comenzará a disminuir rápidamente y podrá apreciarse una suerte de eclipse, que apagará tanto las luces naturales como artificiales.

“Los automóviles perderán toda potencia y no habrá electricidad. También habrá truenos violentos, relámpagos, terremotos y otros eventos. El aire se llenará de pestilencias”, anunciaron especialistas en la materia.

Según la profecía, los demonios podrán vagar por la Tierra durante estos tres días, arrastrando a los malos hacia el infierno.

Las recomendaciones para quienes estén viviendo estos tres días es que vayan dentro de sus casas, cierren la puerta, bajen las cortinas y tapen todas las rendijas de ventilación de ventanas y puertas. No deben responder ninguna llamada desde afuera, porque los demonios simularán ser familiares.

La única iluminación que funcionará será la de las velas bendecidas, especialmente el 2 de febrero. Y una vez que estén prendidas no se deben apagar.

Pero esas velas arderán solamente en las casas de los fieles y no en la casa de los ateos. Después de estos tres días, el sol saldrá y la Tierra se renovará, dando inicio a una nueva era de amor, paz y fe.