Al menos 320 personas murieron en el marco de las protestas contra el golpe de Estado que tuvo lugar en Myanmar el 1 de febrero pasado, según datos de una ONG local, lo que no detiene a las manifestaciones prodemocracia que volverán mañana a la calles.

La Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP) del país asiático dio cuenta de la cifra de fallecidos tras sumar 34 víctimas fatales a manos del Ejército, al que acusan de usar municiones reales para intentar disipar las protestas.

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La ONG, con base en Tailandia y Rangún (Myanmar), estima que por el momento fueron detenidas, imputadas o condenadas casi 3.000 personas (2.981) en relación con el golpe militar.

No obstante, más de un millar ya fueron liberadas, cerca de 300 durante la jornada de hoy.

El balance de fallecidos y detenidos podría ser muy superior, ya que cientos de personas arrestadas permanecen desaparecidas.

En Rangún, la capital económica, la sede de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la derrocada jefa del Gobierno civil Aung San Suu Kyi, sufrió hoy un ataque con un cóctel molotov.

«Vamos a presentar una denuncia en la policía. No sabemos quién lo ha hecho», dijo Soe Win, un miembro del partido.

Desde el golpe, muchos diputados de esta formación viven en la clandestinidad y formaron un parlamento paralelo.

Activistas prodemocracia lanzaron llamados para manifestarse mañana, en la conmemoración del día de las fuerzas armadas en el país.

«Ha llegado de nuevo la hora de luchar contra la opresión militar», afirmó en Facebook Ei Thinzar Maung, un líder de las protestas.

Tradicionalmente, esta jornada es una demostración de fuerza de los militares, con un gran desfile en Naipyidó, la capital administrativa.

Conmemora el 27 de marzo de 1945, día en el que el héroe de la independencia, el general Aung San, padre de Aung San Suu Kyi, lideró un levantamiento contra las fuerzas de ocupación japonesas.

Desde el golpe del 1 de febrero, el movimiento prodemocracia insta a hacer huelgas y promueve campañas de desobediencia civil de los funcionarios.

Las autoridades responden dispersando las manifestaciones con gas lacrimógeno, balas de goma y munición real, al tiempo que multiplican las detenciones.

Ayer por la noche, en la región de Bago, cerca de Rangún, un grupo de policías irrumpió en el domicilio de un parlamentario de la LND, que vive ahora en la clandestinidad, Kyaw Aye Win, y detuvo a su hijo.

Esto desató la indignación de los manifestantes, que reclamaron su liberación delante de la comisaría.

El movimiento de protesta antigolpista ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz 2022, dijo el viernes Kristian Stokke, profesor de sociología de la Universidad de Oslo, impulsor de esta candidatura, junto a otros cinco docentes.

Por su parte, la comunidad internacional incrementa sus condenas y sus sanciones, lo que hasta el momento no generó ningún efecto real.

Estados Unidos y Reino Unido, antigua potencia colonial, tomaron el jueves medidas contra los dos principales conglomerados en manos de los militares de Myanmar.