El 70 por ciento de los adolescente consume alcohol con distinta frecuencia a partir de los 12 años, donde las bebidas más comunes con las que se inician son la cerveza y el fernet.

Así lo reveló Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la Argentina (AAA), quien advirtió que «hoy muchos jóvenes no conciben ningún tipo de contacto ocioso sin tomar alcohol», es decir que no se juntan a charlar sin una botella con contenido alcohólico de por medio.

El número coincide además con el relevamiento llevado a cabo por el Observatorio de Adicciones y Consumo Problemático de la Defensoría del Pueblo bonaerense, que demostró que el 70 por ciento de los adolescentes a partir de los 12 años consume alcohol.

«Es un tema que se ha naturalizado, sobre todo en la vida familiar. Hoy prácticamente siete de cada 10 niños de entre 11 y 12 años ya están en contacto con el alcohol de manera habitual», indicó Izaguirre.

El especialista argumento que «en muchos casos, el grupo familiar lo entiende como el ingreso a la hombría o a la adultez del chico», según publicó Diario Popular.
«Ya en la fiesta de egresados de séptimo grado se inicia una lucha entre padres y chicos porque ellos quieren tomar cerveza y quizás no se lo permiten. En algunos puntos del Conurbano, la cerveza directamente la toman en la esquina», afirmó.

Sobre las motivaciones, precisó: «Cuando una criatura consume bebidas alcohólicas siente que está en un estado diferente. Se desinhibe y las cosas que le podían dar vergüenza dejan de darle vergüenza. Se convierte en ‘adulto y atrevido’ en ese instante. Esto hace que se conviertan en personajes importantes dentro de su grupo social».

«El que no toma alcohol termina siendo ‘un tarado’ o ‘un nene de mamá’. La presión del grupo más el efecto que produce en el cerebro del chico el alcohol, hace que cada uno pueda conectar el alcohol con la diversión», dijo.

El titular de AARA señaló que «la cerveza es el primer escalón, que cada botella tiene seis grados de alcohol, pero luego se pasa al fernet, que cada botella tiene 50 grados de alcohol». «Hoy muchos jóvenes no comprenden una fiesta o un cumpleaños sin fernet. Y la mitad de esa bebida es alcohol fino, es decir el mismo que utiliza su madre para curarle las heridas», insistió.

En cuanto a los efectos en la salud de los adolescentes, el especialista puntualizó: «En un adulto, el cerebro tiene unas enzimas que se encargan de oxidar los tóxicos y le indica que hasta acá llegó su capacidad de tomar. En cambio, cuando uno es joven, al recibir un tóxico crea las enzimas de manera defectuosa y en lugar de rechazar el tóxico lo requieren. Por eso no pueden parar de consumir alcohol cuando empiezan». «La adicción es mucho más profunda que en los adultos porque el cerebro está en crecimiento. Por lo tanto, la persona no va a ser lo brillante que hubiera sido si ese cerebro no hubiera estado contaminado con este tipo de sustancias», explicó.

Sostuvo que «hay un daño cognitivo en la persona que muchas veces es irreversible y en algunos casos hasta terminan abandonando el sistema escolar».
Según el informe sobre la temática llevado adelante por la Defensoría del Pueblo bonaerense, entre los adolescentes de mayor edad el 40 por ciento «consume alcohol los fines de semana y cuando lo hace mezcla diferentes bebidas».

«Tenemos una situación preocupante marcada por la ingesta previa a las salidas nocturnas que se realiza en los propios hogares o en hogares de amigos, lo que debe de maximizar nuestro rol de padres e involucrarnos», expresó el defensor del Pueblo adjunto a cargo del área, Walter Martello.

El informe detalló que un 37 por ciento de los jóvenes consultados expresó que al menos una vez al mes consume cinco o más bebidas alcohólicas en un solo día, mientras que un 13 por ciento confirmó hacerlo todos los fines de semana.

La premisa de «tomar por diversión» se mantiene entre los jóvenes. Un 70 por ciento precisó que «lo relaciona con celebraciones y festejos, de los cuales un 32 por ciento lo hace porque ‘es divertido’, mientras que un 25 por ciento por ‘la sensación que genera’».

«La asociación entre alcohol y diversión es una propuesta a desmitificar, algo que vamos a trabajar en talleres en escuelas y organizaciones con un abordaje diferente desde el área de niñez y juventud», aseguró Martello.