A partir de la profundización de la relación bilateral entre la Argentina y el Reino Unido, los gobiernos de ambos países podrían comenzar a trabajar de forma conjunta en territorios antárticos que actualmente están en disputa.

Así lo acordaron la Cancillería que lidera Susana Malcorra con el ministro de Estado para Europa y las Américas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Commonwealth británica, Alan Duncan, quien visitó el país para participar del Foro de Inversiones y Negocios.

«Se evaluaron las áreas de posible cooperación en materia antártica, incluyendo intercambios, actividades conjuntas y acuerdos entre los programas científicos del Instituto Antártico Argentino (IAA) y el British Antarctic Survey (BAS)», informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Además, señaló que se estudió la posibilidad de avanzar en «el desarrollo de actividades científicas conjuntas en el área de la Convención sobre Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA)».

De concretarse, esas actividades tendrían lugar en territorios del continente blanco que están disputados entre Argentina, Chile y el Reino Unido, pese a que el Tratado Antártico mantiene congelados los litigios en ese sentido, pero no descarta que los países negocien entre sí.

Gran Bretaña reclama todo el sector antártico que pretende la Argentina y la mayoría del que Chile juzga como propio, que en buena parte también se superponen entre sí.

Las actividades de cooperación en la Antártida se darían en el marco del estrechamiento de la relación bilateral con el Reino Unido que impulsa del Gobierno del presidente Mauricio Macri.

La negociación que tuvo lugar esta semana en el país con el representante inglés avanzó en la posibilidad de que la Argentina participe en la exploración de hidrocarburos en la zona de las Islas Malvinas, al tiempo que también se iniciaría un proceso de remoción de los «obstáculos» para el desarrollo económico del archipiélago.

Los gobiernos también buscan profundizar la relación en materia de lucha contra la corrupción y el crimen organizado, ciencia y tecnología, derechos humanos, cuestiones de género, arte, cultura, educación, deportes, inversiones, comercio, seguridad internacional y la situación de los refugiados.