Carlos Pagni/ La Nación

En pleno debate en torno a la legalidad de las detenciones sin condena -ni siquiera indagatoria- de diversos dirigentes de la anterior gestión nacional, entre las que se destacan los casos de Amado Boudou y Julio De Vido, se produjo un cuestionamiento a estas decisiones de la justicia y su vínculo con el actual Gobierno que se caracteriza por lo duro pero, principalmente, por lo sorpresivo. Es que Carlos Pagni, uno de los editorialistas políticos más importantes de La Nación, apuntó contra los argumentos de la prisión a los exfuncionarios y disparó que con esos justificativos el propio presidente Mauricio Macri podría haber sido encarcelado cuando era jefe de Gobierno y que varios de sus ministros «están en mayores condiciones» de ir presos que sus antecesores kirchneristas.

En un artículo titulado «Ya llama más la atención la impunidad que la corrupción» surgido de su programa Odisea Argentina de la señal televisiva de La Nación, el columnista destrozó la «doctrina De Vido-Boudou», inaugurada por la Sala II de la Cámara Federal con el exministro de Planificación Federal, según la cual a un funcionario o exfuncionario le cabría prisión preventiva porque sus contactos obtenidos en la función pública le permitirían entorpecer la investigación.

Tras explicar que «Boudou va preso por enriquecimiento ilícito» en una causa en que «curiosamente a la Justicia no se le ocurrió que estaba en mejores condiciones para alterar la prueba cuando tenía el poder, cuando era vicepresidente» mientras que De Vido está en la cárcel «por unos manejos escandalosos de yacimientos de Río Turbio y por las importaciones de gas licuado» cuya «pericia en la que se basa el juez Claudio Bonadio para mandarlo preso y para presumir que hay una culpabilidad, ha sido objetada unánimemente por todos los expertos», Pagni concluyó que «son prisiones preventivas sostenidas con alambre».

«Lo curioso es que con este criterio deberían ir presos muchos funcionarios actuales», sentenció el hombre de La Nación en un disparo letal. Y, peor aún para Cambiemos, fundamentó que Macri cuando conducía el gobierno porteño y los ministros de Finanzas y de Energía, Luis Caputo y Juan José Aranguren, «están en mayores condiciones que De Vido para modificar las pruebas».

Pagni completó que «se ha abierto un antecedente riesgosísimo para cualquiera que haya ejercido la función pública pero, sobre todo, para quienes la están ejerciendo porque, con el criterio con el que terminaron presos De Vido y Boudou, podrían terminar presos en este momentos todos aquellos que, por ser funcionarios, tienen un poder enorme para alterar las pruebas que están bajo su órbita de actuación».

«Es un cuchillo peligroso. Un arma de doble filo la que ha establecido la jurisprudencia», aseveró, antes de apuntar contra «el sistema judicial», y particularmente contra el juez que metió preso a Boudou, Ariel Lijo, a varios personas cercanos a este último, e incluso fustigó al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Finalmente, Pagni diferenció las críticas de la diputada de Cambiemos Elisa Carrió a la justicia de las relaciones con el propio máximo tribunal del ministro de Justicia, Germán Garavano, y lanzó fuertes cuestionamientos. «No sabemos si la política de Macri es Garavano convalidando a esos jueces o Carrió diciendo que son condición indispensable para ese problema», sentenció, y abrió un interrogante: «En este tema Macri no contesta por ahora».