por Florencia Vizzi

El pasado 1° de julio, se produjo una balacera contra el frente de la vivienda de un reconocido periodista de Cañada de Gómez. El ataque dejó un saldo de tres impactos de bala disparados contra la ventana del frente de la propiedad en la que vive Emanuel Nicolás Soverchia junto a su familia.

A pesar de la escasa repercusión que tuvo el hecho en los días posteriores, finalmente tomó estado público, y en tanto el Ministerio Público de la Acusación , por medio de la fiscal Graciela Tulián intenta llevar adelante la investigación del hecho. El ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe recibió al trabajador de prensa y al Sindicato de Prensa de Rosario y se comprometió con el esclarecimiento del hecho.

En diálogo con Conclusión, Emanuel Soverchia señaló que no tiene ninguna duda que el atentado tiene que ver con su trabajo como periodista de investigación y que aún no hay ningún resultado ni hipótesis claras por parte de la fiscalía.

El periodista, que trabaja y colabora con varios medios de Cañada de Gómez, entre ellos, “El informe de la ciudad” y “La imprenta”, relató que el ataque ocurrió el viernes 1° de julio, alrededor de las 3 de la mañana.

“Yo me había acostado hacía media hora aproximadamente y poco después escuchamos varias detonaciones en la cuadra. Mi primera reacción, tanto como la de mis vecinos, fue asegurarme de que los chicos y mi mujer estaban bien”, cuenta Soverchia.

“Al día siguiente, por una cuestión de precaución, mi mujer no fue a trabajar y tampoco mandamos los chicos a la escuela, porque no sabíamos lo que estaba pasando y queríamos estar tranquilos. Me fijé en la calle, en nuestra vereda si encontraba casquillos o huellas del tiroteo. Y no encontré nada, entonces pensamos que tal vez había sido la policía persiguiendo algún ladrón o algún vecino tirando al aire, o algo así”, explica el periodista. Y agrega que no se dio cuenta hasta algunos días después que las balas habían pegado contra el frente de su casa, porque delante de su vivienda está la casa de su suegra, quien no estaba es noche.

“Finalmente, a los pocos días, vimos que en realidad los disparos habían dado contra la ventana del frente, e inmediatamente realicé la denuncia en la fiscalía de Cañada”, continúa Emanuel, “y se ordena el peritaje que confirmó que habían sido tres disparos de arma de fuego”.

—¿Qué es lo primero que se te ocurre en relación al tiroteo?

—Mirá, lo primero que pensé es que había sido un error, porque uno nunca se va a imaginar que le van a balear la casa. Pero a medida que fueron pasando las horas, empecé a vincularlo cada día más con mi trabajo porque, de todas las casas que hay alrededor, es la única que está metida hacia adentro, es una casa muy identificada. Mi dirección figura en uno de los medios en que trabajo, todos saben que vivo allí.  Es un barrio de familia, en el que nunca había sucedido algo así. Además- agrega- la persona que realizó los disparos no lo hizo en forma casual. La ventana dónde impactaron está un poco escondida. Al frente de la casa hay un jardín con juegos para chicos y una columna, y la ventana está como por detrás de esa columna. El tirador se tuvo que parar y acomodarse en el medio de la cuadra, en el frente de la casa para que los impactos dieran en la ventana. Es muy específico para ser al azahar.

—¿Entonces, estás seguro que tiene que ver con tu trabajo?

—Sí, de eso estoy seguro. No puedo decir específicamente por qué, pero considerando que vinieron a atentar contra mi familia, no queda otra opción que pensar que tiene que ver con lo laboral.  Yo no tuve problemas con nadie, ni peleas, ni discusiones, ni enemistades personales. Aquí me conoce todo el mundo así que… tiene que ver con mi trabajo.

—¿Tenés alguna idea de que tema has tocado que provocó semejante reacción?

—Yo hago periodismo de investigación, he hecho muchas denuncias contra determinados sectores de poder.. Cuando me preguntan se me ocurren dos publicaciones que se hicieron poco antes de la balacera que pueden haber irritado algunos ánimos. Una de ellas es una denuncia en la cual mostramos, con fotografías, la sustracción indiscriminada de combustible dentro de las dependencias municipales,  por parte de funcionarios y empleados para sus vehículos particulares. La otra es una denuncia de obras millonarias que se llevaron adelante con  el dinero del ministerio de Obras Públicas de la Nación , y que llevan 4 o 5 años paradas, o bien ni siquiera se empezaron. He hecho denuncias sobre el gobierno local, sobre el gobierno departamental, sobre otras localidades vecinas. Lo que yo hago es periodismo de investigación así que es probable que haya tocado muchos intereses. Pero, hay que destacar que lo que publicamos lo hacemos con sumo cuidado, todo constatado y con las pruebas correspondientes. Cuando denunciamos a alguien vinculado con el poder le damos su derecho a réplica, y cuando nos llega material lo trabajamos siempre dentro de lo que la ética profesional indica.

—¿Qué hipótesis manejan desde la fiscalía? ¿Sostienen la teoría del atentado?

—Por más que alguien descarte que es un atentado, yo voy a seguir sosteniendo que lo es. Porque si esto fue un error, la verdad es que sería un error muy exacto ¿no? ¿Justo se equivocan disparando a mi casa? Un periodista que hace investigaciones y denuncias, sería muy raro. Y si llega a ser un error también es muy grave, porque nos podrían haber matado. La fiscal me citó, yo le llevé las últimas publicaciones de los distintos medios en que trabajo y colaboro, y ella me preguntó por dónde empezar. Y la verdad es que yo le dije que mi trabajo estaba hecho, lo otro no me concierne a mí, yo no sé por dónde tienen que arrancar a investigar. Son ellos los que tienen que ver a quien hay que citar, yo no soy un detective, yo soy periodista.

—¿Cuál fue la reacción en Cañada y de los colegas en general?

—Cuando todo esto pasó yo me puse en contacto con el Sindicato de Prensa, que brindó su apoyo y solidaridad.  Costó hacerlo público, la reacción de los medios, sobre todo de la ciudad, fue como en cámara lenta. Poco después salió una nota en el Diario La Capital  y ahí como que otras voces empezaron a hacerse eco. En estos últimos días muchos funcionarios y periodistas se han puesto en contacto de una u otra forma y me han hecho llegar su solidaridad. Lo que si me preocupa muchísimo es la ausencia y el silencio total del estado municipal. Te digo que la mayoría de los funcionarios de todos los sectores se han acercado, incluso el me ha llamado el secretario del gobernador, y estuve reunido con el ministro Pullaro. Pero desde el estado municipal no ha habido ninguna señal.

—¿Cuál fue la respuesta de Pullaro durante el encuentro que mantuvieron el viernes?

—La reunión la coordinó el Sindicato de Prensa. El ministro se comprometió con el esclarecimiento de lo ocurrido. Y me ofreció además intensificar las rondas de vigilancia en el barrio.

—¿Qué expectativas te dejó ese encuentro?

—Yo lo que quiero es que se sepa que pasó y de dónde vino. Particularmente no puedo culpar  a nadie porque no vi nada. Lo importante para mis es que se encuentre a la persona que disparó. Esto es algo muy grave y hay que tomarlo como tal, a nivel político y gubernamental están preocupados. Es la vivienda de un periodista, no es la vivienda de cualquiera. Y además, no atentaron contra el medio, o  contra algunos de los medios para los que trabajo, atentaron contra mi casa  y mi familia. Es difícil retomar la calma y al vida cotidiana. Trato de estar con mi familia y de acompañarlos a todos lados…  No estoy pidiendo nada más que lo lógico, que un ciudadano, primero, y un periodista, después,  pueda caminar libremente sin temores.