El juicio oral y público que se sigue por el crimen de Diego Sarjanovic sumó este miércoles una nueva y conmocionante jornada en la que se expusieron pruebas fotográficas de la escena del crimen y declararon peritos, efectivos y médicos policiales.

En un clima algo enrarecido por la dureza de las imágenes que deberían proyectarse, y luego de la advertencia de rigor realizada por las autoridades del tribunal sobre el material que iba a ser exhibido, la primera media hora, en medio de un absoluto silencio, fue proyectado el material fotográfico registrado por los especialistas de la Policía de Investigaciones.

El material exhibido dio cuenta de la escena encontrada en el departamento de calle Moreno 511, donde fue hallado el empresario gastronómico el 6 de septiembre de 2015. Asimismo de las instalaciones en las que funcionaba el taller de costura de las acusadas, en calle Avenida Pellegrini al 1400 y de todo lo hallado e incautado en el mismo.

Durante la proyección, tanto Virginia Seguer como Alicia Fernandez evitaron mirar la pantalla. La primera mantuvo fija la vista en el piso, en tanto que su madre cerró los ojos y así los mantuvo durante todo el tiempo que duró la secuencia de imágenes. Por su parte, los familiares de la víctima también evitaron la pantalla.

Sin rastros de pelea

Luego de la proyección de las pruebas fotográficas, el tribunal integrado por Gustavo Pérez Urrechu, Delia Paleari e Irma Bilotta, se dispuso a escuchar a unos de los peritos bioquímicos de la Policía de Investigaciones que participaron de las jornadas de levantamiento de pruebas. El mismo fue el encargado de buscar los rastros de sangre en el departamento de calle Moreno, que habían sido limpiados.

Su testimonio confirmó que Sarjanovic habría sido asesinado en el dormitorio, y especificó que, si bien el relevamiento se hizo en toda la vivienda, solo halló sangre en la habitación. En cuanto a si había rastros de lucha, Echarte manifestó que en su experiencia, creería que no. «No lo puedo asegurar, pero no me da la impresión.Desde mi punto de vista, con esa cantidad de sangre y con una persona tan corpulenta, si hubiera habido pelea debería haber habido otra distribución de manchas, no había el rastro típico de una riña. como dije, no lo puedo asegurar, pero no me da la sensación de que haya habido una pelea».

Un «chichón» y lesiones menores

Otro de los testigos que desfiló este miércoles por el tribunal fue Mauro Bertolano, quien en septiembre de 2015 se desempeñaba como médico de la policía de la Unidad Regional II y quien fuera el encargado de examinar a las imputadas luego de que fueran trasladadas desde Córdoba a Rosario.

Según lo constatado en las actas médicas, Bertolano encontró hematomas y golpes menores en ambas mujeres que no se condicen con una supuesta lucha.  En el caso de Virginia Carolina Seguer, el médico detalló: «lesiones múltiples, recientes, escoriación del meñique, heridas puntiforme en palma derecha brazo y antebrazo derecho, miembro inferior derecho y una tumefacción región parietal izquierda y occipital». Consultado por la defensa de que se trataba esa última lesión, el médico especificó que es lo que se conoce comúnmente como un «chichón», que probablemente se hubiera producido por un objeto de punta roma y que difícilmente pudiera ser autoinfligido.