El Congreso de Perú, controlado por la oposición de derecha, retomará hoy un polarizado debate en el que decidirá si concede o no un voto de confianza al gabinete ministerial del nuevo presidente de izquierda Pedro Castillo.

La votación está prevista luego de que intervengan 30 legisladores que se quedaron sin participar del áspero debate iniciado ayer, después de que el jefe de gabinete, Guido Bellido, expusiera el programa del Gobierno, que asumió hace un mes.

La sesión fue suspendida anoche al cabo de 11 horas.

Si el Parlamento no da su voto de confianza, Castillo deberá nombrar a otro primer ministro en sustitución de Bellido, y reorganizar el gabinete, lo que afectaría su agenda y prolongaría una incertidumbre que ya está afectando a la economía peruana.

«Nuestros objetivos inmediatos son derrotar la pandemia producida por la Covid-19 y reactivar nuestra economía», indicó Bellido, quien compareció ante el Congreso junto a los otros 18 miembros del gabinete.

Bellido no mencionó la principal promesa electoral de Castillo de convocar a una asamblea constituyente que redacte una nueva carta magna, propuesta resistida por sus adversarios, informó la agencia de noticias AFP.

Tras su exposición, los 124 legisladores presentes -de un total de 130- debatieron bajo un clima crispado que se arrastra desde la campaña del balotaje del 6 de junio, cuando Castillo venció por estrecho margen a la candidata de derecha Keiko Fujimori.

El oficialismo y sus aliados cuentan con 57 votos, de los 66 necesarios para confirmar el gabinete, y otra cantidad similar de parlamentarios pretende negar la confianza, según medios locales.

El vocero de la bancada oficialista, Waldemar Cerrón, afirmó que ya tenían 70 votos asegurados.

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Si los legisladores le niegan dos veces el voto de confianza a un mismo Gobierno, la Constitución faculta al presidente a disolver el Congreso y convocar a comicios parlamentarios extraordinarios.

Esta es la primera prueba para el Gobierno de Castillo, quien asumió el 28 de julio tras un quinquenio de choques entre el Ejecutivo y el Legislativo, en momentos de incertidumbre sobre la economía peruana, que intenta dejar atrás los nocivos efectos de la pandemia.

La tensión entre el nuevo Gobierno y la oposición conservadora ya le costó el puesto al canciller Héctor Béjar, un exguerrillero y sociólogo, que debió ser reemplazado por Óscar Maúrtua, un diplomático de carrera sin lazos con la izquierda que ocupó ese cargo en 2006.

Los rivales de Castillo esperaban que éste hiciera más cambios en su gabinete antes de someterse al voto de confianza, algo que el mandatario rechazó.

La propia designación de Bellido fue muy cuestionada por la oposición y algunos jefes de bancadas opositoras anticiparon que sus partidos denegarán la confianza.

«El discurso ha sido un cuento de hadas […]. No estamos en condiciones en dar un voto de confianza», dijo el legislador Jorge Montoya, un almirante retirado y jefe de la bancada del partido ultraderechista Renovación Popular.

«Es imposible darle un segundo de confianza al gabinete», aseguró de su parte Hernando Guerra García, jefe de la bancada del fujimorista Fuerza Popular.

La feroz campaña del balotaje, la demora de seis semanas en proclamar al vencedor y los cuestionamientos a ministros elevaron la tensión en Perú, haciendo subir el dólar y caer la bolsa.