Tras siete años en prisión, Chelsea Manning saldrá el miércoles de la cárcel militar estadounidense de Fort Leavenworth, en el estado de Kansas.

Cuando llegó a los cuarteles militares, Manning era un soldado llamado Bradley, que sorprendió al mundo filtrando más de 70.000 documentos secretos militares y diplomáticos a través de WikiLeaks.

Su liberación se derivó de la conmutación de la pena que hizo el presidente Barack Obama en los últimos días de su mandato. Sin este regalo de Obama, Manning habría debido permanecer hasta 2045 tras las rejas para cumplir con una condena de 35 años.

Los que la apoyan estaban preocupados de que no fuera capaz de sobrevivir la larga sentencia. Manning, ahora de 29 años, intentó suicidarse dos veces el año pasado e hizo una huelga de hambre para denunciar las medidas disciplinarias a las cuales estaba sometida.

«Por primera vez, puedo ver un futuro por mí misma como Chelsea. Puedo imaginar sobrevivir y vivir como la persona que soy y finalmente puedo estar afuera en el mundo», escribió la semana pasada.

Manning no pudo escapar del país como lo hizo Edward Snowden, quien en 2013 publicó documentos que mostraban que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) recolectaba información de las comunicaciones de ciudadanos estadounidenses.

Aunque la sentencia ha sido conmutada, se mantiene la condena. Ella ha apelado. Por ahora sigue siendo empleada del Ejército y conserva su seguro médico. En un irónico tuit, Chelsea Manning indicó que comenzará a «buscar un seguro de salud privado, como millones de estadounidenses».

Obama perdonó la condena a una importante fuente de Wikileaks