En estos últimos años, la natalidad aumentó sensiblemente en China alcanzando en 2016 su tasa más alta desde que comenzó el siglo, como consecuencia de la derogación los últimos años de la política del hijo único.

El año pasado se registraron 17,86 millones de nacimientos en el país más poblado del mundo, frente a 16,55 millones en 2015, un alza de 7,9%, declaró el domingo un alto responsable de la Comisión Nacional de Salud y planificación familiar, Yang Wenzhuang.

De esta manera, las cifras marcan que es el número de nacimientos más elevado desde el 2000.

De ese total, 45% se produjo en familias que ya tenían al menos un niño, contra 30% únicamente en 2013, subrayó Yang, cuando se produjo el cambio de la legislación sobre los nacimientos múltiples.

China, confrontado al envejecimiento de su población, desmanteló en los últimos años la política del hijo único que había instaurado a fines de los años 1970.

Desde 2013, una pareja de la cual uno de sus dos miembros es hijo único tiene derecho de tener un segundo hijo. El Partido Comunista Chino cambió esta disposición para que desde el 1 de enero de 2016 todas las parejas puedan tener un segundo hijo.

Sin embargo, el costo de vida (vivienda, educación, salud) desalienta a numerosos padres. Según una investigación de la Asociación de Mujeres de China, 53% de las familias que ya tienen un niño no tienen la intención de tener un segundo.

China tenía oficialmente 1.370 millones de habitantes a fines de 2015. Pekín indicó a principios de 2016 que apuntaba a una población de 1.420 millones de personas en 2020.

Para 2030 el país debería alcanzar los 1.450 millones de habitantes para luego disminuir.