Dada la controversia generada por la decisión del juez Claudio Bonadío de quemar los moisés del plan Qunita, a raíz de la causa judicial que prohíbe la distribución de las unidades. Profesionales de la salud defendieron la implementación de las cunas y el Instituto Patria y organizaciones sociales exigieron que se frene la medida.

En Finlandia un país organizado bajo un contexto de altos estándares de vida para toda su población, el programa inició en 1938 para atender a mujeres embarazadas en condiciones vulnerables debidas a la guerra.  Con 75 años, la caja está ahora institucionalizada como la transición hacia la maternidad, algo que une a varias generaciones de mujeres.

Se trata de una tradición  y busca dar a todos los niños finlandeses, sin importar su condición social, un comienzo de vida equitativo.

El paquete de maternidad, un regalo del gobierno, está disponible para todas las que esperan un bebé.

Contiene monitos, sacos de dormir, ropa para el aire libre, productos para el baño, así como pañales y un colchón pequeño.

Con el colchón en el fondo, la caja se convierte en la primera cama del bebé. Muchos niños tienen su primera siesta dentro de la seguridad que brindan las paredes de cartón.

Las madres pueden escoger entre tomar la caja o recibir efectivo (unos US$214), pero el 95% opta por la caja, pues su valor es mucho mayor.

«No sólo fue ofrecido a todas las futuras madres, sino que la nueva legislación también significó que, para obtener la caja, tenían que visitar a un médico y una clínica pública prenatal antes de los cuatro meses de embarazo», cuenta Heidi Liesivesi, quien trabaja en Kela, la institución de seguridad social finlandesa.

La caja les daba a las madres lo que necesitaban para cuidar a sus bebés, pero también ayudaba a guiar a las mujeres hacia los brazos de los profesionales de la salud del Estado de bienestar naciente de Finlandia.

En Finlandia, el índice de mortalidad por nacimientos ha bajado de más de 70 por cada 1.000 bebés a menos de cinco.

En los años 30, el país nórdico era muy pobre y la mortalidad infantil era alta, con 65 muertes por cada 1.000 nacimientos. Pero estos datos mejoraron rápidamente en las décadas siguientes.

Mika Gissler, un profesor del Instituto Nacional de la Salud y Bienestar en Helsinki, ofrece varias razones para esto: a la caja de maternidad y los cuidados prenatales para todas las mujeres en los años 40 les siguieron, en los 60, un sistema de seguridad social nacional y una red de hospitales centralizada.

Reija Klemetti, de 49 años, vive en Helsinki. Recuerda ir a la oficina de correos y recoger la caja de uno de sus seis hijos.

«Era emocionante recibirla y que de alguna forma fuera la primera promesa de bebé. Mi mamá, mis amigos y mis familiares estaban ilusionados con ver qué tipo de cosas recibiría y qué colores habían escogido para ese año». Su suegra, de 78 años, contó en gran medida con la caja cuando tuvo al primero de sus cuatro hijos en los años 60. En ese punto, tenía poca idea de lo que podía necesitar.

Igualmente otros países del mundo siguen el mismo ejemplo como ser Chile, que lo llama Crece Contigo, Perú que denomina al plan «Bienvenidos a la vida» y  México: “Cunas-Cdmx”.