El agua no escurre, los números se complican y la paciencia se acaba. Así puede describirse la situación de cientos de pequeños y medianos productores de los departamentos de San Justo, Río Segundo, Unión, norte de San Martín, Marco Juárez y Tercero Arriba de esta provincia, donde hay unas tres millones de hectáreas anegadas (sea bajo agua o con graves dificultades para trabajar) y las pérdidas económicas son «millonarias», según señalan. Las tierras representan el 35% de las ocho millones de hectáreas productivas de Córdoba.

Un documento elaborado por los productores al que accedió LA NACION da cuenta de que, a un cálculo «más que moderado» de mermas por cinco quintales de soja por hectárea, hay 6750 millones de pesos bajo el agua. «No sólo nos afecta a nosotros, sino a todos los sectores productivos», dijo Paola Paravorosco, vocera del grupo de productores que están adheridos a diferentes entidades rurales.

Según sus cálculos, si el uno por ciento de esa pérdida (67,5 millones de pesos) se hubiera destinado a obras, la catástrofe «se hubiese podido evitar».

En el documento, los productores afirmaron: «Nuestra situación económica hoy es desesperante» y señalaron que, durante el kirchnerismo, sufrieron «desconsideración, destrato y abandono, mientras que por los impuestos directos e indirectos el Estado se quedó con el 80 % de la renta en los últimos ocho años.

El presidente de la Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez, Hugo Biga, dijo que el 30% del departamento sigue bajo agua: «El 90% de los caminos está intransitable; no hay logística para sacar la cosecha y, obviamente tampoco ingresar insumos. Las pérdidas no sólo afectan al campo, sino a todas las comunidades cercanas».

En el documento, los productores reclamaron a los funcionarios de Córdoba y la Nación una «respuesta inmediata a las graves inundaciones», aunque se quejaron de la desidia de años anteriores.