Recientes movimientos sísmicos llevaron a declarar en alerta amarilla al volcán Lanín, ubicado a 60 kilómetros de la localidad neuquina de Junín de los Andes, en la Argentina, y en la zona fronteriza con Chile.

“El estado de alerta amarilla indica que el volcán ha emitido señales que están por encima de la línea de base; señales que se encuentran por fuera del patrón de comportamiento en condiciones de estabilidad”, explica Mariano Agusto del Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (Gesva) en el Departamento de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Los niveles de alerta volcánica parten del verde (estabilidad), le sigue el amarillo, luego el naranja y, por último, el rojo, que indica “erupción mayor en desarrollo o inminente”, según el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin), que dio un reporte especial sobre el Lanín.

“El 15 de febrero de 2017 a las 15.24 hora local se ha registrado –precisó- una sucesión simultánea de  eventos sísmicos volcano-tectónicos (VT), de largo período (LP) y tremor (TR) espasmódico”. Más adelante, agregó: “A la hora de emisión de este reporte se registra un total de 59 eventos en 45 minutos”.

El monitoreo de este volcán y su estado de alerta amarilla es definido por el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (Ovdas), perteneciente al Sernageomin. “En la tarde del viernes 17 de febrero, el Ovdas –relata Agusto- registró un nuevo incremento de sismos, pero con menor número de eventos que el 15 de febrero de 2017, lo cual motivó la declaración de alerta amarilla.

En estas condiciones, el organismo de monitoreo elabora reportes sobre el estado de situación cada 15 días. Si el volcán generara un aumento significativo de sus señales, el organismo emite nuevos informes y eventualmente aumentaría el estado de alerta si lo considerara necesario. Al momento, nada de esto estaría sucediendo con el volcán Lanín”.

Al ser consultado, acerca de si los sismos suelen ser previos a una erupción, Agusto respondió: “Es común (aunque no necesariamente siempre) que un volcán genere un tipo particular de señales sísmicas en forma previa a una erupción. Esta actividad sísmica pre-eruptiva no es percibida por el hombre en la gran mayoría de los casos”.

Precisamente, para poder detectarla los científicos colocan sensores en las inmediaciones de los edificios volcánicos, de acuerdo con el especialista que también pertenece al Instituto de Estudios Andinos “Don Pablo Groeber” (Uba, Conicet).

Fuente: TodoCiencia.com.ar