Al menos 10.102 personas, entre civiles y combatientes opositores, murieron en Siria en los últimos trece meses por los ataques de la aviación de Rusia aliada al gobierno, aseguró hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Un informe de la ONG opositora al gobierno sirio, con sede en Londres, sostiene que de esas víctimas mortales, al menos 4.162 eran civiles, de los que 1.013 eran menores de edad y 584 mujeres.
También detalla que los bombardeos rusos -que comenzaron en septiembre de 2015- causaron numerosas bajas en las filas del grupo islamista radical Estado Islámico (EI), que perdió 2.861 combatientes en esos ataques, informó la agencia EFE.

Los ataques rusos y de la aviación siria también mataron a otros 3.079 milicianos de facciones rebeldes e islamistas, así como Fateh Al Sham, (ex Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda), el Partido Islámico del Turkestán y combatientes extranjeros, considerados mercenarios por esas fuerzas.

Según el Observatorio, Rusia usó en sus bombardeos aéreos bombas de racimo cargadas con una sustancia denominada termita, compuesta de polvo de aluminio y óxido de hierro, que causa quemaduras porque su combustión dura alrededor de tres segundos tras ser lanzada.

Ese tipo de bombas, que pesan aproximadamente 500 kilos, están compuestas de entre 50 y 110 proyectiles, cargados con termita y con un alcance de entre 20 y 30 metros.
El informe de la ONG opositora no incluye información sobre víctimas civiles y militares de los combates contra el Ejército lanzados por las facciones rebeldes, varias de las cuales están apoyadas por Estados Unidos y algunas monarquías árabes, como Arabia Saudita.

Tanto Moscú como Damasco afirman que los bombardeos son contra «organizaciones terroristas», aludiendo al amplio arco de grupos islamistas que combaten con el gobierno de Bashar Al Assad desde marzo de 2011, pero el Observatorio y opositores aseguran que los aviones rusos también tienen como blanco zonas residenciales y bases de brigadas opositoras, como el Ejército Libre Sirio (ELS).