Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires

Este lunes se realizará la reunificación de la CGT, con una conducción colegiada constituida por un triunvirato. En el estadio de Obras Sanitarias, alrededor de 1600 representantes de más de 200 gremios, confederados participaran del Congreso de la central obrera para ratificar acuerdos de como quedará constituida la nueva conducción y elegir a los 34 secretarios que completan el consejo directivo.

Ningún detalle quedó librado al azar, todo indica que los viejos referentes a partir e mañana se corren pero no se van, Moyano quedará al frente de la la Secretaría Gremial, de incuestionable valor estratégico, el metalúrgico Caló con la de Interior y el gastronómico Luis Barrionuevo con la de Capacitación.

Luego de cuatro años la unificación parece ser un hecho inevitable, sin embargo más allá de la metodologías y de como quede diseñada la conducción de la central obrera, la perdida del empleo, la inflación y las paritarias denunciadas como «apresuradas» por el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca, le marca la agenda a la flamante conducción que emergerá del Congreso de Obras.

Los tres espacios sindicales que convergen en esta muestra de unidad ya propusieron a sus candidatos. La central que lidera Hugo Moyano lleva al secretario general de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid; la que lidera el metalúrgico Antonio Caló presentó para ocupar uno de los cargo es el titular del gremio de la Sanidad, Héctor Daer, mientras que la que encabeza el gastronómico Luis Barrionuevo impulsa al representante de los trabajadores de estaciones de Servicio, Carlos Acuña.

Sin embargo, trascendió que Gerónimo Venegas, titular de la Uatre, que representa a los trabajadores rurales, no se acreditó para ser parte del Congreso porque descree de la figura del triunvirato y aspira al cargo mayor.

El bancario Sergio Palazzo junto a la Corriente Federal, de marcada oposición con el gobierno propugna por ser el conductor del movimiento obrero. Otro que juega fuerte en el tablero es el ferroviario Sergio Sasia, propuesto por el Movimiento Acción Sindical Argentina, (MASA), en el que también milita el taxista Omar Viviani, que plantea “la unidad de los trabajadores por sobre por sobre el acuerdo de cúpulas”.

El ferroviario, había declarado que «se desaprovechó un momento histórico del movimiento obrero para elaborar un proyecto nacional, con una agenda programática y objetivos concretos para implementarlo con una CGT unida, fuerte, responsable, que no negocie los intereses de los trabajadores, que aporte al desarrollo del país y a la búsqueda de la justicia social, respetando el Estatuto de la central», afirmó Sasia.

Desde el espacio, constituido además por Ricardo Pignanelli, Guillermo Moser, Norberto Di Próspero, Osvaldo Iadarola y Alberto Roberti, ya habían expresado que se debía trabajar para darle entidad a un proyecto para el desarrollo, en el marco de «una visión estratégica» de la realidad.

Tampoco será de la partida la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza conducida por Guillermo Moser, sin registro para las autoridades del Congreso, hasta ahora.

Frente a esta realidad no sería descabellado que como sucedió en anteriores oportunidades, se ampliaría la conducción colegiada a 4 o 5 miembros para incluirlos en el nuevo organigrama cegetista.

No obstante, la pregonada “unidad del movimiento obrero” no pasa de ser un anhelo pocas veces concretado aunque constituye parte de un «dogma» que hechó raíz en el sindicalismo peronista. La historia se encargó de contradecir este postulado porque poco después de la asunción de Carlos Menem, la división se institucionalizó hasta nuestros días. Los momentos de unidad evidenciaron ser respuestas a las circunstancias políticas o condicionamientos socioeconómicos que propiciaron esa unificación táctica.